La jungla de Calais.







La jungla de Calais. Y otros relatos.




















 Dedicado a vosotros, lectores.
























Prólogo.
Todas las historias que componen este libro, sean cortas o muy cortas, son parte de la lucha invisible de las personas que intentan generar cambios, iluminarlos e iluminarse a sí mismos.

Una noche de diciembre del 2009.
































Tras la máscara de la realidad.



















-Dile a mamá que no hay leche, ¿podrá traerla para mañana?, siempre que le pido algo tarda un día entero, ¿papá, me estás escuchando?_ la televisión sonorizaba hasta la cocina, llegaba apenas a los oídos desinteresados de su padre, no hacía más que dibujar como un poseso.
-Vete a la cocina, luego hablamos Carol, hazme el favor de no interrumpirme, ¿qué te he dicho?, no es la primera vez que lo haces, tu egoísmo no lo entiendo, ni yo ni tu madre somos así, vete de una vez._ ella solo quería leche para el desayuno, aunque la atención era el reclamo interno real. Juntó sus libros para el colegio y marchó en silencio, su padre pintó sin comprender la naturaleza del tiempo que había prometido para dialogar con su única hija. 
-¿Carol?, ¿dónde estás, hija?_ manchó con sus manos rojas y amarillas los pestillos de las puertas del dormitorio y baño. Se sentó aburrido contra la barandilla de la escalera, las fotos en la pared del pasillo hizo de cortina entre sus recuerdos y fantasías. -"La vida es una farsa que todos debemos representar"_recordó balbuceando a Rimbaud, unos sonidos lejanos lo reincorporaron, la pintura se secaba y faltaba la firma y unos destellos finales.-¿Quién es?_ preguntó al descender por la escalera principal tras ver una sombra en el portal.-¿Quién es?, responda por favor. Tendré que llamar a la policía, es una zona residencial, estarán aquí en unos minutos sino se identifica.
-No lo haga, soy un enviado, no tengo nada de dinero, me han soltado en la entrada con un documento falso, me hicieron algo señor, tengo que entregarle un paquete, es muy importante señor Daudet, no tema, soy un buen hombre._la pintura en sus manos se agrietó y pudo comprender cómo el tiempo lo hacía levemente en el universo material que proponían los científicos que detestaba.
-Llamaré a la policía, identifíquese, si es una broma pesada o un seguidor retírese cuanto antes o pesará el yugo de la ley, estoy harto de visitas inesperadas, ¿cuándo pretenden recibir nuevas obras con tanto esfuerzo banal?_el sonido de una rueda sobre el asfalto crujiente de hojas secas lo devolvió a la tarde de palomitas con Grace, sonrió restándole importancia a la situación presente, olió algo parecido a una palomita al llevar sus manos a la boca, el timbre hizo de campana y cayeron las horas en las aulas del colegio, Grace vestía de blanco sin bragas debajo, eran niños.
-Lamento el infortunio, señor Daudet, mi deber es entregarle la caja, abra, por favor. ¿Señor, Daudet?, no cometa el error de llamar a los oficiales de la ley.
-¿Qué?, ¿qué?, ¿quién eres?_ apretó su oreja contra la puerta y pintó con unas gotas húmedas de color amarillo unos trazos sobre la puerta blindada.-Oh, sí, el paquete, no quiero ningún paquete, suelen traer problemas, también estoy harto de los regalos que llegan por mi enfermedad, como si no hubiera enfermos en este mundo, ¡son ellos, todos, absolutamente todos!, con qué gracia los tiro a la basura, ya he dejado de hacerlo, ahora cambiamos la... ¿cómo ha llegado aquí?, si ya no soy titular de nada, y mi dirección fiscal es... ¿quién le envía?, identifíquese. 
-Mi nombre no tiene menor relevancia, soy un servidor, cabeza de familia, con mucha necesidad económica, puedo asegurarle que no hay contenidos dañinos para su salud.
-¡Faltaba más!, mi fecha de caducidad no es precisa, aunque ya hay apuestas en la red de redes. ¿Cree que voy a abrir?
-Debe hacerlo, es...
-¿Es qué?, le he dicho que me diga quién es usted.
-Soy... Jarno Pikar, no hago nada especial, soy simplemente un padre desesperado, es lo único que puedo decirle, ellos escuchan señor Daudet, tengo unos cinco minutos antes de que...
-¿De qué, Pikar?
-De sufrir una muerte.
-¿Lo dice por usted?, ¿está bajo amenaza?
-Es largo señor Daudet, no tengo respuestas, mis preguntas lo volverían loco.
-No abriré entonces, y pienso hacer la llamada, mi pintura se seca.
-Se equivoca señor, su pintura está húmeda, puedo olerla.
-Es eso imposible Pikar, mi casa tiene ventilación y no está precisamente en la entrada.
-Quedan dos minutos, señor Daudet.
-Puedes quedarte todo el día, me voy a terminar mi obra, cuando vuelva espero que no estés allí, cómo te oiga los llamo, ¿entendido?
-Va a cometer un asesinato, su desinterés desencadenará una catástrofe mundial... no puedo hablar, creo que vienen, ¡abra!, por favor, ¡señor Daudet, abra, puedo explicarle mejor todo!, si me deja moriré y las consecuencias serán devastadoras.
-¡No soy idiota!_ el timbre clonó su nota hasta llegar a su consciencia, las fotos seguían allí, en la pared del pasillo, eran ellas dos sonriendo. Miró sus manos húmedas y las manchas sobre su pantalón y el suelo de madera encerado, exclamó dando un leve salto, golpeándose contra la barandilla. Volvió su mirada hacia abajo, la sombra del portal se sacudía de un lado a otro, insistente el sonido se hacía un eco desgarrador. Su corazón palpitaba a toda marcha, sus ojos se entrecerraban y la columna parecía estremecerse al recordar levemente su estado anterior. El sopor junto a la presión inmediata lo dejaron presa de sus peores miedos, recordó el sonido de sus palabras al enunciar la enfermedad, él no estaba enfermo y los olores se hicieron carne hasta dormir su piel ante el miedo profundo a morir. Pensaba en hablar, pero no quería repetir nada de lo que había acontecido, esperaba una voz particular, una petición desesperada y un destino trágico, imaginaba en su portal el mal reunido tras su confesión. Apoyó como pudo su oído derecho y manchó la puerta, tembló agitando todo su organismo al reconocer la emulación del sueño. Formuló una y otra vez diversas preguntas para no cometer otro error.-¿Quién es?, ¿quién es?, responda por favor. Tendré que llamar a la policía, es una zona residencial, estarán aquí en unos minutos sino se identifica._ vomitó saliva tras clonar sus pensamientos anteriores, se retorció en el suelo durante unos segundos interminables. 
-Soy yo... papá.
-¡Hija!, mi amor, espera que abro... espera un minuto que he ensuciado todo, qué iluso, extrañaba tanto tu voz mi amor, perdóname por mi contestación... ya está, bueno al menos no me regañarán tanto, a ver..._ giró las llaves, eran tres combinaciones de seguridad, la puerta pesaba algo más de lo que recordaba, llevaba meses sin utilizarla, su reclusión era total.
-He visto esto al salir y no he podido marcharme, pensaba que si no te avisaba ibas a enojarte más conmigo... 
-¿De dónde lo has sacado?, tiene que ser una broma.
-Toma, debo irme rápido a clase, ¡papá!, ¿qué sucede?, estás pálido.
-No, nada cariño, es que... ese paquete, lo... lo he visto alguna vez.
-Es solo un paquete con tu nombre, lo dejo aquí, llegaré tarde, hoy es un día de entregas, adiós papá, sal un rato, te vendrá bien.
-Pero...
-¡Adiós! 
-No puede ser posible, mi hija lo ha entregado, esto garantiza la entrega, han utilizado a mi propia sangre para... no, no puede ser, pero sí yo._se arrodilló derrotado por el miedo, tapó su boca entre rojo y amarillo, la pintura seguía húmeda como en la primera pincelada, sintió el frío en su piel.
-Dile a mamá que no hay leche, ¿podrá traerla para mañana?, siempre que le pido algo tarda un día entero, ¿papá, me estás escuchando?
-No..._ susurró entre dientes mientras la voz de su hija se mezclaban con las palabras cuasi extintas del televisor.
-¿Papá?, ¿papá?_ estaba arrodillado frente a la pintura, a un metro de ella, observando un cuadro desgarrador, repleto de dolor y muerte.
-Vete a la cocina, luego hablamos Carol, hazme el favor de no interrumpirme, ¿qué te he dicho?, no es la primera vez que lo haces, tu egoísmo no lo entiendo, ni yo ni tu madre somos así, vete de una vez._ hablaba pensando en no decirlo, en callarse y decirle lo cuanto que la amaba, junto a sus intenciones pudo oír dos palabras claras que llegaban de aquél aparato electrónico, su hija marchaba en silencio y él no podía controlar su cuerpo, simplemente emulaba lo anterior.
-No puede ser._dijo pintando los restos de lo que sería un abismo infinito en un cuadro limitado. Terminó pensando en no pintar, preguntándose en cómo se graficaba lo infinito en unos trazos efímeros, también en buscar a su hija inmediatamente y en la nube infernal de preguntas supo comprender la naturaleza del tiempo, que fue su única esperanza. Debía hacer algo por controlar sus movimientos, eran espasmódicos e involuntarios. Pese a todo esfuerzo solo pudo subir las escaleras, manchar los pestillos con sus dos colores y sentarse frente a aquellos trazos de una realidad instantánea pasada. Oyó la sombra, y descendió nuevamente aterrado, la nueva repetición sufría alteraciones leves, los colores perdían sus tonalidades. -¿Quién es?, ¿quién es?, responda por favor.
-Señor Daudet... "La vida es una farsa que todos debemos representar"._ su cuerpo golpeó contra el suelo, una campana estalló en sus lagunas auditivas, la humedad y el hedor de la pintura quemada revolvió sus entrañas, vomitó, se retorció, pensó en el sol, en el abismo, en los retratos del pasillo... su pintura.

Las llamas al mismo tiempo que su creación tomaron su cuerpo quemando la piel mientras se esforzaba mentalmente en no abrirle la puerta al desesperado Pikar.













Jack.













No queda nada de ese niño pretencioso, diría que los colores del alba incipiente en la corteza de mi superficie no es más que una imprecisión mundana y orgánica, le deseo lo mismo al resto de niños que se alejaron de sí mismos. Los puedo ver llorando tras las paredes, golpeando sus pechos comprimidos por el silencio gaseoso que les rodea en todas sus existencias. Phillip tenía razón esa tarde en el café Conrad´s, puede ser que suplante algunas de sus frases célebres por unas menos densas o directas, al final los recuerdos son los pilares de mi consciencia, de mi realidad inmediata controlada por el pasado de la experiencia. Era un buen profesor, me duelen los dedos del pie cuando piso, es el frío de mis zapatos, Gregory me ha dicho que es un sitio algo más calmado. 

-Perdone, se le han caído las monedas._ huele a humo, el del metro, quizás con algo de humedad y una síntesis de sus días anteriores, de poco aseo.
-No hace falta, voy con prisas, quédeselas._ sufro el aumento de mi olfato como señal hereditaria, en la genética de mi confección pudieron añadir otras particularidades, pero no, soy un observador a la distancia de las partículas suspendidas. Me han golpeado tres personas y seguimos en silencio, no soporto los pensamientos de mi voz interior, que no es esta.
-Hay tres metales tallados, dos caminos, quizás hoy sea su día de suerte, no son mías, usted sabe lo que deja atrás._ quién se ha creído, en media hora van a cuestionarme por enésima vez si soy o no apto para enseñarles a esos críos de laboratorio capitalista, si es o no el universo una concepción natural, espiritual o científica.
-Gracias pero no, voy con prisas, usted mismo, alguien hará de ellas un uso particular, hace frío._el silencio de sirenas, pisadas, un silencio de telas enfrentadas sin colores, de partículas en el aire de mi territorio móvil. Ha desaparecido, es un... ¿y si es verdad?, dejar dos caminos atrás, ¿eso ha dicho?, no voy a sucumbir al café, no otra vez, veinte minutos, odio el tiempo, la predicción es exacta, dejo atrás todo para reunirme en mi realidad presente, en la tristeza de reconocer mi pequeñez, alfeñiques somos todos, ese idiota que escucha su música y cree estar sobrepasando a la anciana, ella está delante de todas sus corridas futuras, morirán los dos... el pasado es un barrote sin ventanas, más bien un cristal de doble capa, ¿qué pasado dejo atrás?, ¿la prisión del alumno enfermo por mi sinceridad? Me ha chistado esa mujer, no puede ser, ¿sigo siendo atractivo?, me ha mirado a los ojos clavando sus intenciones sexuales de manera explícita, no se lo ha pensado nada, el calor en mi cara. Hay dos valles flotantes, nadaría entre manzanos desnudo, tres minutos, hay tres perfumes mezclados, es patético, las capas de olores se distinguen gusano oscuro, tendrás deudas, tu pasado también me dice algo, iríamos juntos si te lo pidiera. ¿Qué dos caminos?, la dualidad es perfectamente natural, al menos terrícola, experimentaría con sus tetas para sentirme amamantado, seguro, abrigado por la palidez.

-Pase señor, en unos minutos lo atenderá el doctor._ su pendiente tiene una estrella, he pensado en ella sin conocerla, predecir un gusto es algo preocupante, seguramente la he visto en alguna tienda, puede ser, tiene aspecto de barata, sus ojos tiemblan, está anémica.
-Gracias.
-Puede sentarse si lo desea.
-No, prefiero estar parado, me da una visión periférica, suelo aislarme rápidamente._el diálogo me condena, me relaciono perfectamente en el ideal, aunque podría romper esa condición y alentar a mi superficie un buque de intenciones venéreas.
-Aquí estoy Walter, usted primero.
-Es un detalle doctor._ hay tres pétalos en un vaso de cristal templado, serán restos de un ramo que recibió de su amante, tiene la energía de ser un psicótico de doble vida, mi monstruo no come de nadie, es un homicida cautivo por otro, nada más. ¿Cuáles son los dos caminos que dejo atrás?, no lo sé.
-Quítese el abrigo, aquí estamos a salvo Walter.
-Quítese usted las gafas, también está a salvo, no pienso robarle nada a un invidente.
-Puedo ver Walter, solo que mi edad disminuye parcialmente mis facultades, usted sufrirá algunos achaques seguramente... si no quiere no es problema, yo en mi casa no me quito los zapatos hasta llegar a la cama, me ducho con ellos.
-Es mentira, un doctor no puede decir eso.
-¿Qué, Walter?, ¿qué no puede decir un doctor?
-Lo que ha dicho de los zapatos.
-¿Mis zapatos?, qué tienen mis zapatos.
-Que no los quita hasta dormir.
-No he dicho nada.
-Sí ha dicho, habla, lo oigo.
-Ahora, pero antes no, no comprendo Walter, le dicho que estamos a salvo, puede quitarse el abrigo cuando quiera.
-No, eso ha sido antes doctor, ahora... déjelo.
-Mejor así. ¿Tiene alguna nota mental que desea enseñarme, Walter?
-Algunas, aunque podría enumerar otras por prioridades.
-Como lo desee, es su lista, tome este papel, apunte al menos cinco, y luego comentamos los detalles.
-Pormenores.
-Los pormenores, Walter.
-¿He mejorado, doctor?
-Noto un distanciamiento importante con tu anterior vida, lo reflejo semana a semana ante el tribunal médico, mis colegas confían plenamente en su avance, planean darle buenas noticias sobre su caso.
-Mi caso, ¿así le llaman?
-Es su lugar en el diccionario legal.
-Un código, doctor.
-Pues, eso, una encriptación humana.
-Suena más familiar así, usted me cae bien doctor.
-Lea la primera palabra.
-"Camino"_ otra vez el silencio lleno de partículas, la limpieza habitual se mezcla con los muebles y la piel, el sudor frío, seguro tiene un botón de emergencia por si lo mastico mientras lo meo entero.
-Estoy atento, Walter.
-Alguien me dicta mensajes por las personas, doctor, hago preguntas al azar y se responden, no necesito hablar con mis hermanos humanos, ellos hacen el trabajo solos, mandados, dictando caminos. Hoy alguno me habló del pasado, es que no tengo claro cual es el verdadero, hay tanta falsedad en la percepción que no distingo, me atormenta el diálogo cuando no pregunto, el gesto involuntario de mis preguntas mentales.
-Por algo tiene una prescripción médica, elaboramos cócteles adecuados a su estado personal, son evaluaciones profesionales.
-¿Cuánto le ha costado la carrera, doctor?
-Es irrelevante, Walter, puede quitarse abrigo, está sudando.
-Deseo olerme antes que oler.
-¿Qué insinúa?
-Hay mucha higiene, doctor, la química es un instrumento de guerra, debería estar atento.
-¿Puede respirar, Walter?
-Sí, perfectamente. Huelo a residuos, a piel muerta.
-¿El camino se abre o cierra, Walter?
-Sugerente, depende de algo, ese, en la calle, me habló del pasado, esas monedas tenían un valor, en un instante fueron, no lo sé, estoy a punto de decir palabras sin sentido, prefiero irme, mire, estoy listo para no andar con rodeos mientras usted redactar su informe insuficiente al ser supremo que todo lo juzga.
-No puede irse, Walter, quedan treinta minutos de sesión, hoy nos acompañará la doctora Pascal.
-Dígale a esa rubia, que me de un respiro, me sigue desde hace días, tengo ojos en el resto de las personas, algunas me contestan y otras miran por mi, es un dicho popular que se ajusta a medida. Está sentada en la otra sala, tras el espejo disimulado con esos ribetes de siglos anteriores, reconozco una réplica a la distancia. Tendré dañado mi cuerpo de la estancia pero no caigo en juegos absurdos. Desarrollé capacidades con el tiempo, aunque lo odio, por mi haría de los días años, y de los siglos meses, sería algo menos tortuoso. ¿Imagina utilizar un cuerpo averiado durante miles de años?
-¿Es ese su pasado, Walter?
-No podría describirlo, doctor, a veces tienen el aspecto de un huracán, otros de un magma central o del alma, no hace mucho tiempo pensaba en el ánima en un saco de huesos, pero mi singularidad me despierta de tanto en tanto.
-¿Justifica sus errores con su vejez, Walter?
-Desconozco el motivo por el que estoy aquí, la ansiedad es una nota pendiente en su agenda interna, doctor.
-¿A dónde va, Walter?, todavía quedan unos minutos, olvide a la doctora.
-Es imposible, puedo olerla, dígale que su aroma tiene un "camino", puedo... mis palabras son jaulas, trampas._ ¿Qué hay detrás de los escombros de la humanidad atlántica?
-Agua, Walter.
-Ha respondido, Gregory me ha mentido, es usted un transmisor del mismo sujeto repetido en millones de rostros, sus ojos lo han delatado._ sin aire no hay organismo, podría ser una bacteria, evolucionaría lentamente durante miles de años. El frío, dulce néctar de mis labios rosados, esta cojera lleva conmigo una eternidad.
-Tome un caramelo, amigo._el perfume de su barbilla es esclarecedor, llevaba tiempo sin ver un gesto de bondad, ¿Has pensado en darme muerte?
-No, señor, disfruto de mi trabajo._ me has contestado, ¿qué tiene una anciana para que la utilices así?
-Somos parte, señor.
-Tú eres un crío, vete._ cambiará déjalos en paz, quiero dormir, ya basta por hoy, la locura es un mal que aparta, me quieres para ti, prefiero la soledad, todavía tengo mi arma, evitarte, puedo congelarme en el ártico y esperar a que se calcinen o ahoguen, odio el tiempo.















Las caras.














-Al fin.
-No te esperaba, estaba..._sus ojos vibraron delatores.
-Pero me has dejado entrar.
-Ha pasado mucho tiempo, me duelen...
-¿Los ojos?, los tienes a punto de estallar, ¿te preparo un té?
-No sabes dónde está.
-Lo intentaré, son cosas que se ponen en sitios comunes, ¿por qué esconder al té lejos de la mente?, las tazas vacías nos reflejan. Aquí está, ¿quieres rojo o verde?
-Los puso ella en ese lugar, para alejar...
-¿Los malos espíritus?, tranquilo, estoy limpio, vengo de muy lejos y todavía no me lo creo, esta perilla funciona un poco mal.
-Gírala suave, parece tener sensibilidad, ella la cuida mucho.
-Estamos solos hermano, no hay ellas que nos digan cómo, relájate, hace tiempo que no huelo... es tan sugerente, como cuando huelo chocolate en polvo, inmediatamente estoy contigo, de la mano, mirando esas escenas de teatro en el supermercado cooperativo, esos títeres me enseñaron el valor del chocolate, pasamos fríos por tener una caja a la semana.
-Lo había olvidado.
-No lo dudo, es parte de la suplantación, la adultez te ofrece la estabilidad emocional falsa confundiéndote con el tacto inmediato, la moral y los títeres de colores que te rodean en el trabajo, universidad, metro o plaza. Te noto tenso todavía, ¿cuánto pasó?
-No lo recuerdo, quizás dos décadas.
-Es muy bonita tu casa, acogedora, la imaginaba de otros colores, ¡me has sorprendido!, nuestra diferencia de edad no es motivo de grietas, tenemos gustos similares, anclamos nuestras frustraciones en los colores y tú me has sorprendido.
-Fue ella.
-Lo suponía, mi ironía es precaria, lo siento, es que no vuelvo desde... perdí la cuenta._ sirvió el té en las dos tazas, en la segunda se quemó con tres gotas sobre su anular derecho, el del anillo perdido, de la piel de dos colores, del olvido y el presente.
-Tenemos que hablar, desde que...
-No digas nada, el dinero no es problema, esas propiedades no significan nada, ladrillos sobre una superficie en movimiento, sobre un centro de magma hirviendo, esperando comerlo todo, siendo parte de una roca giratoria desbocada a miles de kilómetros por segundo sin ningún tipo de navegación trazada. 
-Es un alivio, no sabía qué...
-¿Decir?, puedes empezar por contarme cómo murieron nuestros padres, nuestra hermana, nuestro abuela, nuestros tíos, cuéntame cómo dejaron de respirar y cuáles fueron los motivos.
-No tengo tiempo, ella...
-Ella puede esperar.
-Es su casa.
-Es cierto, su casa, pero no su tiempo, mueve las manecillas de tu reloj cinco horas atrás, haré lo mismo, mira, el reloj de la cocina ya está en sintonía.
-Pero.
-¡Hazlo!
-Vendrá, gritará, nunca la dejé fuera de nuestra casa, viene a las seis en punto, no falla.
-Pues hoy sí, mi reloj da las once de la mañana, tenemos unas horas, y si nos pasamos podrá entenderlo, nuestro tiempo no era el de ella.
-Tengo miedo, no sabes cómo se pone.
-¡Me da exactamente igual!, bebe el té que te he preparado, disfruta tener a tu sangre frente a ti, mírame, la genética nos ha permitido envejecer por el mismo camino.
-Murieron, no sé nada más, se fueron uno a uno, durante dos semanas, toda nuestra familia, quedamos tú y yo.
-¿Y nuestros primos de Berlín?
-Murieron un martes, lo tengo agendado, uno por uno, no hay información adicional que pueda darte.
-La herencia es tuya, no he venido a culparte, lo siento, no llores, quiero conocerte, ver tus arrugas y comprender las mías, yo a diferencia de ti, no tengo nada, lo que llevo puesto, mi piel es un traje muy pesado para vestirlo con insuficiencias de colores y variables.
-No cambiaste nada.
-¡Te ha cambiado la voz!
-No puede ser, sigo siendo yo, el mismo que era hace unas horas.
-Me sentí solo, muy solo, los países que conocí fueron capas, telones de escenarios increíbles o terribles. El teatro de la vida no dejó de atormentarme hasta que conocí la muerte de toda nuestra sangre.
-Quedamos tú y yo.
-¡No lo repitas!... bebe el té, se enfría.
-Está caliente para mí.
-Siempre el mismo, tú tampoco cambiaste nada, mírate, te has llenado de oro la existencia, es curioso ver a los monos acumulando plátanos en una cueva desconociendo el invierno de putrefactos alimentos sin vitaminas, la crudeza del futuro no se asemeja a los miles de años anteriores. Nos arropamos de nuestra percepción térrea y olvidamos el caos de allí fuera, el caos estelar que nos hizo.
-Está por venir, debes marcharte, no quiere visitas inesperadas, odia las sorpresas.
-Soy yo mi hermano, ¿porqué no festejar con la última existencia que te justifica en este insano globo?
-La vida nos modifica, tienes que comprenderlo, murieron naturalmente, fue una casualidad, un punto de reunión de acontecimientos que demostraron algo importante... no hay linajes irrompibles.
-Suenas a mi, hermano.
-¡No me llames así!
-Eso, ¡eso!, suelta, ¡que arañe la bestia dormida que tienes!, ¿la golpeas?, seguro lo haces.
-Me mataría de solo intentarlo.
-¡Pues te digo que no hay casualidades justificadas!, ni pruebas para el resto de la humanidad, familias enteras mueren, pero no así, las piezas se ajustan a la perfección.
-Olvida las conspiraciones mundiales, nuestra riqueza no se compara, es inmaterial.
-¡Has dado en el clavo!, dime qué se siente sentarse en el sofá a las cuatro de la tarde sin nada que hacer, solo, aislado de tu propia razón, mirando las fotos de tu vida añorando esas que quemó tu magnífica mujer.
-Estás enfermo, voy a llamar a la policía.
-Tú vas a callar, hijo de... te quedas quieto, mi reloj marca la una menos catorce minutos, te va a encontrar muerto, el efecto comienza... jajaja, quiero verle la cara a esa hija de puta, ella es... disfrutaré tu muerte, pero la de ella será un acto inigualable, un disparo de mil metros a un alfiler, eso es, balbucea, intenta gritar, sabes lo que es, recuerda sus rostros, huele el olor al chocolate... menos tres minutos... ¿me oyes?, llegará ella, tu mujer, beberá un té rojo, o uno verde, están todos infectados, tarde o temprano beberá un té a las seis de la tarde, intentando seguramente recordarte entre su decoración barata. Tu error fue, quizás "su" error, fue creerme muerto en algún bosque helado. Saluda a nuestra abuela, el resto era solo relleno._ el sonido del reloj marcó el primer golpe de la puerta, su eco navegó la casa en busca de alguna ayuda, el único contacto con el cuerpo inerte sobre la madera caliente fue la brisa fría de una tarde de bruma de mar.













La manzana podrida.














-Es increíble, ¡tiene millones de fan!, no sabe nadie quién es, cambie de ordenador una y otra vez, le pierden la pista y los sucesos no dejan de acontecer._ sopló el humo del café mientras se acomodaban en las sillas los rezagados. 
-Facebook tiene que tener alguna pista, es imposible que alguien adivine el futuro con tanta exactitud, me recuerda a la serie nueva que estamos viendo por internet... ya saben, la que se desmaya todo el mundo durante unos minutos y ven el futuro._dijo una joven de gafas azules.
-Eso no tiene nada que ver, este tipo..._apuntó el de rizos con gafas convencionales y chaqueta inglesa.
-¿Tipo?, ¿quién sabe que es un tipo?_ añadió el cincuentón negro con boina y bufanda roja.
-Yo creo que es un movimiento maestro de Facebook para comprobar la efectividad de las herramientas, ellos mismos están jugando con los registros de tiempo.
-Es imposible, silencio por favor... no hay juego detrás, las cargas son inmediatas y sin filtros, podrían hacerlo con información periodística, pero no con sucesos trágicos y verdaderos, me refiero que podrían adelantar un atraco, una muerte, incluso una tragedia poco controlada, pero no sucesos puntuales y de carácter público. Han requisado todos los servidores, a los empleados y sigue sucediendo, de hecho, la empresa ha abierto sus puertas en señal de blanquear su imagen, todos sospechan de ellos, aunque la gente siga sumándose a las predicciones, están haciendo verdaderas fortunas algunos avispados, están cerrando centros de ocio, juego por culpa de todo esto, estamos al borde del colapso. Quién quiera que sea, no está jodiendo bien jodidos y debemos encontrarlo. ¿Queda claro?_ la sala repleta de uniformados y civiles estalla en un bullicio similar a un rugido de la tierra, estaban consternados, algunos pensando en leer...-Me olvidaba, la página ya no pertenece a facebook, un programador la ha aislado por los intentos del gobierno para cerrarla, creemos que es un grupo de terroristas informáticos que están detrás de este hombre o grupo de hombres.
-¿Hay pruebas de ello?_ preguntó un oficial de rango medio.
-Suficientes, ¿no le parece oficial?, ¿está escuchando lo que digo?, la página web está registrada a nombre de varios muertos y el servidor está navegando en aguas internacionales desconocidas ya que se de muda entre mil puntos cada día.
-Asombroso._exclama controlando su efusividad una joven poco arreglada al fondo. Las cadenas de televisión solo hablaban del suceso, de su nombre, nadie dejaba de agradecerle la buena fortuna, incluso habían fundado grupos de agradecimiento con ofrendas en plazas públicas, habían pasado veinticuatro horas y era una leyenda sin rostro, más bien, con una imagen de perfil algo confusa... una cara de un niño dibujada a mano que ya tenía sitio en decorados televisivos, shows, escaparates e indumentaria, el fenómeno comenzaba amigable pero no era más que el principio.










Las dos puertas falsas.













-¿Te he despertado?, lo siento, es que tengo apuntes, ya sabes... aunque de veras lo siento, ¿me oyes?_los olores se apagaron hacía al menos dos días, lo mismo sucedió con sus oídos, el tacto se había colapsado por el frío y solo le quedaba su imaginación, su tristeza.
-No, bueno sí, entiendo tu agonía, tu impaciencia por redactar, ¿no hay papeles allí?
-Es que estoy en la calle, lo siento María D, es que los arrebatos generan esto. Estoy parado con mi paraguas en medio de la lluvia torrencial que cae sobre tu techo, ¿no lo oyes? Antes de redactar quiero contarte las ocurrencias para relajarme un poco.
-Empieza, yo sabré escribir desde el principio.
-Pero, tú principio no es el mío María D.
-Eso puede ser cierto, pero solo en parte, todas las novelas anteriores comenzaron desde el punto que yo elegí, nunca lo cuestionaste, ¿por qué ahora?
-La lluvia... muevo el paraguas mientras camino para controlar el sonido, le doy un compás, ¿sabes?, marco el ritmo y se crean sinfonías, está bien, no viene al caso pero quería contarte mi manera de oír sin oír. 
-No es peculiar, he oído mejores.
-Lo sé, escucha esto María D... seguramente estés en tu cama, recostada, sin querer apuntar nada de lo que diga, pensando en qué termine para poder dormir en paz con tu gato negro y rojo.
-¿Cómo...?
-No hables, déjame... puedo verte, miras tu cuaderno, tú ordenador y la luz comienza a molestarte, me oyes a oscuras como las sentencias de tu consciencia, y te preguntas... ¿por qué dicto órdenes ilógicas a veces?, ¿por qué no comprendo mi naturaleza y la deposito en un ente inexistente?, ¿por qué aguanto por dinero a este escritor frustrado?
-Eso no es verdad Sergi, y...
-No hables... ¿sabes?, estoy detenido frente a dos árboles pequeños y debajo de ellos sobre el asfalto del paseo marítimo hay un charco que supera el radio de los dos juntos, ¿qué veo en ese cuadro simple?, veo al puente protegerlos del agua, ese artificio presuntuoso dando cobijo a la naturaleza amarrada a la artificialidad, pero no veo solo eso, noto que el charco de agua inmóvil, aparentemente, sufre ligeras deformaciones... ya sabes... las ondas, miro aún más atento y anulo el resto de sentidos forzando solo la vista y encuentro los destellos de esas pequeñitas gotas repetirse al azar sobre todo el manto de agua... ese es nuestro universo me dije hace un rato al ver terminarse el viaje de las ondas de una gotita... ahí van otros... y pude comprenderme, no a mi, mi fisionomía o mentalidad, ni mis actos anteriores o presentes, menos mis capacidades... comprendí que ya no existimos, hagamos los que hagamos, somos solo destellos soberbios en un manto de roca que es iluminado por una estrella asesina, no este tiempo, pero ya lo será, y no lo digo por nuestra especie, lo digo por la futura... ¿María D, me oyes?
-... Siempre, no hay día que deje de hacerlo, aunque piense lo que dices, me refiero a las primeras palabras... esto es revelador.
-¿Tú crees?, lo sabemos todos, solo que no miramos, ¿por qué cometeríamos tal acto de desamor por la vida, por el supuesto milagro de la existencia?... mira, acabo de vivir un suceso interesante, simple, pero real, de esa realidad de la que somos parte, no la que te redacto. 
-¿Qué ha sucedido, Sergi?
-No es transcendental, no hagamos un río de ese charco... al salir de la función del cine, abrí la puerta de salida como siempre y al caminar me fui percatando de que no había salida, que las persianas del hall de entrada estaban desplegadas, al voltearme -medio desesperado por el inoportuno suceso- descubrí que habían al menos otras setenta personas detrás mío...
-¿Y eso?
-Es que había salido por la puerta equivocada, por la entrada...
-Eres idiota, jajaja, ¿por qué siempre quieres hacerme reír?
-No me empeño, es que sale, es natural.
-Eres terrible.
-Déjame terminar... al salir por la verdadera y tras unas sonrisas y disculpas a medio mundo abrí caminé algo distinto... y tuve una respuesta alentadora, quizás esperanzadora para mi, suena egoísta pero debe serlo en este caso. Mi voluntad, estúpida y sin sentido obtuvo seguidores ciegos por un instante gracias a mi seguridad... eso sí fue revelador, una respuesta que me dejó helado, un momento único que no podré olvidar, fue respirar el mar y los bosques a la vez, fue el calor del roce que tanto deseo después de tanto trabajo, fue inconsciencia pura.
-Así sucedieron las peores crisis de humanidad en la historia.
-Totalmente de acuerdo María D, esa fue mi sensación... ese ganado estaba atado y no por mi, por sus propias limitaciones dentro de un gran marco, ¿me explico?, grandes pensadores enjaulados entre barrotes de papel mental...
-Es una manera de minimizar todo el trabajo de millones de personas mejores que tú.
-Sin dudas... miles de millones de mejores que yo... el ser mejores o peores está dentro de ese marco, ¿me explico ahora?
-... Sí.
-Veo que ya no quieres escucharme.
-No, sí, quiero, te pones un poco pedante, suenas muy distinto, no sé, eres tan cambiante Sergi, pero eso a mi no me incumbe, el escritor que me paga para utilizarme las veinticuatro horas del día eres tú.
-Minimizas tu labor, lo reduces a las cadenas del esclavo.
-Exageras... bien exageras, esa es mi condena, lo acepto, eres un genio, flotas y se sumerges tanto que algún día te va a dar algo... y tengo miedo.
-Naufrago entre ideas... la creatividad es una bofetada al arco iris... debo redactar o moriré sino lo hago.
-Tendremos tiempo algún día... continúa.
-¿Has iniciado mi dictado sin decírmelo?
-No, Sergi, no, lo has iniciado tú y no lo recuerdas.
-... "Abrió la puerta, su niño había destrozado el mantel de dos colores, tenía furia y comenzaba a odiar a su marido, soltó el aire completamente y esperó a que suelte su discurso de venta. -Señora, ¿puedo pasar?_su rostro empalideció e imaginó dos opciones, una fue el acoso de un violador y la otra la concreción de su fantasía más guardada. El encanto del vendedor la obligó a ceder. -Gracias, señora, mi nombre no importa solo quiero dejarle una pregunta, ¿por qué sigue aguantando esta presión insostenible, si no es feliz?_ su fantasía comenzaba de forma distinta pero para el caso le era indiferente, tenía la excusa perfecta, su pregunta tenía una respuesta más que elaborada..." 
-¿Te detienes?
-Sí María D, no tengo el valor de continuar, veo tu rostro en ella y el mío en él... ha sido un error, es que la lluvia, el viento que me congela, mi mente está en su apogeo y quiero darle voz, aunque no sea ni siquiera una ínfima parte de lo que escucho aquí dentro.
-No tenía sentido, pero faltaba tiempo, ella pensaba en besarlo y él... 
-Él era un mensajero, simplemente eso, toda la parodia del beso fue la intensidad de sus deseos proyectados, él estaba haciendo su trabajo.
-¿Y cuál era su trabajo?
-Comunicarle el advenimiento... 
-Ahora escribes sobre nuevas religiones.
-No, ni logias o conspiraciones, se trata... ¿sabes?, vivimos envueltos, en el artificio de nuestro hogar, de nuestro vehículo, del resto de cobijos de la ciudad, incluso de nuestro cuerpo hasta el deterioro y tras eso en uno definitivo que nos albergará por otra brecha de tiempo, esta sí, mucho más larga que nuestra supuesta existencia... sin contar estar envueltos en un manto invisible sobre una superficie rocosa y líquida a la deriva cósmica.
-Hoy resumes el todo por la nada, te has hecho un ser muy..._se quejó María desde la oscuridad a medias de su habitación.
-La adultez es el peor de los males... díselo a Peter Pan.
-Lo haces otra vez, quieres distraerme porque ya lo has dicho, te has limpiado de todos esos pensamientos.
-No es eso María D.
-Deja ya de llamarme así, dime María, ¿tanto cuesta?
-No quiero, yo soy el que paga, el que dicta las normas y tú una subordinada.
-No quise.
-¿No ha querido qué?
-Lastimarte, Sergi.
-Mejor voy a seguir escribiendo mentalmente, aunque se borre con los pasos y los truenos, no importa, al menos existe mientras hablo solo en medio la lluvia.
-No cuelgues...
-Luego te llamo, tengo que terminar "El modesto mensaje de reconciliación"_ los olores volvieron por unos segundos para recordarle que ni los perfumes del centro comercial ni la humedad de sus zapatos podían quitarle la arritmia que le causaba escuchar a María.













La mano de Sanders.












-Lo que importa, lo que verdaderamente importa al escribir, es crear un motivo, una consecuencia natural pero desencajante, la clave, es la ausencia en la información... el misterio._la sala estaba atestada de testosterona y olores rancios.-escupa el chicle Sanders y díganos su fórmula o sus pensamientos, necesitamos conocer lo que esconde la arrogancia de su gestualidad.
-¿Mi gestualidad, profesor?_mantenía la respiración para no soltar el aire demasiado rápido, eso atraería aún más la miradas de sus compañeros.
-Exacto, si reformula es simplemente para crear un orden y una respuesta, la reformulación es arcaica, es preferible utilizar el silencio, es una mejor herramienta de tensión. 
-Es que yo no he pensado nada, profesor.
-Es imposible Sanders, baje por favor, venga, ¡vamos!_el eco retorció sus arterias hasta el sofoco, los veinte escalones fueron dianas entre maleza y musgo tropical, fueron sudores delatores y estacas sucias.-Siéntese, mejor quédese de pie, mantenga la compostura, ¿me ve a mi encoger los hombros cuando me dirijo a ustedes?
-No, es que... 
-¿Me entiende, Sanders?, los nervios, la temperatura corporal, la inestabilidad que se proyecta en su herramienta corpórea es un simple aviso, una alarma general en su organismo vital.
-No lo comprendo, no quiero seguir esto, no hablo en su clase, ellos sí, ni siquiera saben escribir, sin embargo yo...
-¿Usted qué, Sanders?
-Yo...
-¿Sí?
-No puedo... no tiene importancia.
-Dígalo, confiese su pecado, su arrogancia está a punto de dibujar en el aire un cuadro que imagino desde hace tiempo, su gestualidad Sanders, lo delata.
-¿Mi gestualidad?
-¡Vuelve a hacerlo!
-¡Soy escritor!, ¡soy escritor!, soy escritor... soy...
-No conocemos sus novelas, su ego ha estallado en mil partículas sobre nuestro aire, ¿se cree mejor que todos nosotros, Sanders?
-¡Deje de llamarme Sanders!, mi nombre es Gregory Van Rafter... sí, creo que no hay nadie igual, de hecho, lo he confirmado, y lo lamento.
-¡He aquí la prueba fundamental, alumnos!, no hay modo, ejemplo ni doctrina que domine el talento.
-Usted es el arrogante profesor... mis novelas han sido premiadas en todo el mundo, aunque el dinero y el reconocimiento sean gotas de lluvia rociándome durante meses prosigo con mis estudios, mi tesis consiste en desmontar la poca importancia que tiene la vida, lo detestable que es el pensamiento y las consecuencias directas... la falta de naturaleza que nos gobierna desde hace siglos..._ el silencio en el aula magna de la universidad fue de iglesia, sonaron dos chasquidos de madera y uno de acero, fruto del viento de la cúpula.-Acabo de utilizar su herramienta profesor, mírelos, mírese, sus gestualidades son la proyección de sus condenas, están presos, enfermos y aislados... lo siento mucho por todos ustedes, adiós._escribió sobre la pizarra negra un número tres del tamaño de un puño adulto, abrió la puerta sin mirar atrás y sintió los aplausos apagados al avanzar sobre el corredor. 










La mirada.















La mujer estaba sudando, molesta, le titilaba el ojo, sus dedos temblaban y chasqueaban a la vez, el autobús estaba repleto, no dejaba de pensar en tres palabras, por momentos buscaba tranquilidad en la observación del entorno exterior y en movimiento. Ella en cambio leía un libro de Joyce, ese que nadie suele terminar pero que lo luce con el orgullo de madre. Lo cierto es que no entendía muy bien la página que leía, algo la perturbaba, solía sucederle, momentos de reflexión que sobornaban a su paciencia empañando la lectura y nublando los procesos. La distancia entre una y otra era de un metro, algo más quizás, en el espacio estaban de pie y molestos, unos diez viajantes frustrados por la crisis global y las discusiones con el banco hacían de muro agrietado por el movimiento. La mujer encontraba en el movimiento la posibilidad de seguir comprobando que ella seguía allí, mientras sudaba aún más, chasqueando y sumando tics nerviosos. El tiempo era una condición molesta, propia de un trayecto que está destinado, el propósito era descender de aquél vehículo en cinco minutos, unos largos cinco minutos de vida, en los cuales podía donar un desvío para desvincular a la muerte de su trabajo habitual. Ella continuaba leyendo sin leer, reflexionando sobre las miradas penetrantes de los ocupantes, creía que era posible dialogar e interactuar con aquellos seres sin decir palabra alguna, al final era un desarrollo cognitivo propio de la evolución, de esa primera pero no última evolución del lenguaje corporal. Limpió su sudor molesta, soltó algunas palabras indescifrables, apuntó otras en un cuaderno rojo y azul, agitó sus pies y piernas en una búsqueda por encontrar la quietud y suspiró tan fuerte que se reencontró con la vergüenza que solía tener de niña cuando la miraban fijamente. Mientras leía sin leer se detuvo en un sonido, un agudo y penetrante chirriar de la goma con el pavimento, instantáneamente el frenazo del autobús recreó el efecto del principio fundamental de la inercia.

-¿Qué ha pasado?_ preguntó asustada a su joven acompañante.
-Creo que ha habido un accidente delante, espera que miro por aquí._sacó su cabeza por la ventana y comprobó el supuesto.-Sí, es un accidente, no sé cómo ha sido, pero ha sido gordo, muy gordo.
-Me ha dado un tirón en el cuello, ¿tú, estás bien? 
-Sí señora, no se preocupe, lo están pasando mucho peor allí fuera.
-Qué razón tienes, podría haber sido una catástrofe, ¿qué ves?
-El tren, el tren... ha descarrilado y ha dado contra un camión y otro autobús.
-¡No, no puede ser!, por favor, qué vida esta, OH, pobre gente, y nosotros aquí, ilesos, viviendo.
-Es la vida señora, a veces no hay más que suerte, esto va a ser para largo, seguro ya vienen los de la tele.
-Esos no se pierden nada._cerró el libro sin leer de Joyce y cruzó sus brazos cerrando los ojos, su alma estaba encima de ella, preguntándose si debía volver al cuerpo o partir a otro.
-Perdone._la voz le sonó algo familiar, podía ser una prima lejana que volvía de la muerte, o una amiga que le perdonaba sus tonterías pasadas.
-¿Sí?_los nervios habían cubierto la realidad de blanco lechoso, recordó la ceguera urbana de Saramago.
-Perdone que me acerque a hablarle directamente, y más en un momento así, es que llevo tiempo intentando decirle algo pero no me animo, creo que ésta es la señal.
-¿De qué habla?, perdone usted pero, ¿quién es?
-Mi nombre es Delia Alonso, no importa qué hago, lo único que debo decirle es que algo muy importante va a suceder y tiene que escucharme con total atención.
-¿Qué dice?, no la conozco, se confunde de persona.
-No, ¡no!, míreme, soy profesional en lo que hago, y usted tiene que escucharme atentamente, la vida es una pincelada mal dada sobre una pared de sal, tiene que oírme.
-Pero.
-Tiene que prevenir una enfermedad que se está manifestando en su cuerpo, tiene los síntomas característicos y no puedo evitar decírselo, aquí tiene mis apuntes, vaya a la clínica de la esperanza en la calle Del pozo 457, pregunte por el doctor Lopez Águeda. Tiene poco tiempo, luego es irreversible._dio la vuelta, y entre el tumulto de gente escapó de aquél infierno. La lectora abrió la nota y se quedó inmóvil, miró a su alrededor para ver si era cierto lo que había sucedido, el estupor junto a la preocupación se adueñaron de su mente.
-Señora, es momento de salir, ¿tiene miedo?, tranquila, ya están los bomberos y las ambulancias, no parece tener nada, si quiere la acompaño a revisarse.
-No, no es eso pequeño, es... la vida, es que una mujer...
-¿Qué mujer, señora?
-La mujer, se le movían los músculos solos, involuntariamente, sudaba y su olor era penetrante.
-Perdone señora, es que he estado mirando fuera, es increíble.
-Sí, pequeño, esto es increíble._dobló el papel, bajó del autobús sin mirar lo que acontecía, entre sirenas y cámaras con micrófonos detuvo a un taxi y se dirigió a lo que sería su salvación dos meses después.
































Las tres vidas de Frédéric.

















Lo recuerdo perfectamente, estaba durmiendo cuando le coloqué lentamente una bolsa de plástico reforzado cubriendo su cuerpo, se molestaba de tanto en tanto pero no era más que un gruñido opacado por su respiración. Al cubrir el cuello -todavía me vienen los nervios- supe que al momento comenzaría a reaccionar entre los sueños, quería, hacía fuerza para que imagine un malvado dragón atacándola, aunque la realidad apuntaba a su marido. Lo cierto es que le tapé la cabeza en un segundo y no opuso resistencia, no hasta los dos minutos posteriores, cuando el aire comenzó a escasearle. Lo había ensayado no menos de quince veces durante las siestas de octubre, ella no volvía a casa hasta las once y media de la noche, no voy a negar que fue duro en el primer intento, si bien era un ensayo, fue el verdadero asesinato, allí murió mi humanidad, un martes de octubre. Al cabo de tres minutos comencé a chupar el aire con la jeringa de la primera prueba, fue traumático el tacto inicial, no obstante el sabor de la victoria deshizo la emoción independiente, calmado, respirando mi aire con calma quité la manta y la sábana azul que habíamos elegido hacía seis meses en un centro comercial. Envasada al vacío me detuve a observarla al detalle, encendí la luz, y la recorrí milímetro por milímetro, el plástico daba la sensación de aplastamiento con un leve aumento, el sudor había empañado bastante la superficie interior pero podía leer su cuerpo como nunca antes lo había hecho. Fui al ordenador, quizás en un gesto macabro por establecer un precedente temporal escribí un correo electrónico a su amante virtual que yo mismo había creado dos años atrás. Naturalmente con su cuenta de toda la vida, sabía a la perfección las tres claves que alternaba por seguridad, de hecho, fue así cómo descubrí un día que me había sido infiel, todavía puedo recobrar el estupor, fue la mañana de un martes de junio, me mecánica se averió, tarde tanto en reaccionar que la furia se transformó en placer, por momentos en odio. La coartada era perfecta, no tenía testigos, no había muerte anunciada, su vida virtualmente continuaba, controlaba todo su entorno social y la conocía muy bien, fue un sueño hecho realidad, pude adoptar su forma. Pedía todo lo que consumía por el ordenador, no salía a la calle por nada del mundo, era ama de casa y no tenía vida social más que desde donde yo mismo la mantenía aún más enérgica que antes. Fueron dos semanas gloriosas, pude hilar tan fino con su familia que los sometí a una comunicación instantánea por mensajero sin la necesidad de utilizar la voz, confieso que vestía como ella, ¿amigos?, nada, nada, estábamos en París, yo era el que se esforzaba día a día con la empresa, el trabajo lo tenía atado desde el teléfono derivado de mi oficina, tenía controlado remotamente el interruptor de la luz, el altoparlante y un batallón de otros elementos. Mis empleados veían mi oficina desde las máquinas como el banco de un Dios, nadie llegaba allí más que yo, y no precisamente por una escalera de libre uso, la entrada estaba restringida a la totalidad de la empresa, solamente yo subía tras una combinación de puertas internas hasta aquél búnker de control. Las cámaras evidenciaban ciertos comportamientos indebidos que eran informados automáticamente a las líneas bajas de mi mando, por el altavoz más de una vez di largas charlas sobre las normas, hasta llegué a echar a un empleado por holgazán, aunque ahora dudo sí realmente lo era. Si digo que fue perfecto, tiene su fundamento, pero la capa de la perfección se puede mantener estirada en medio del temporal durante un instante. Una mañana de lluvias torrenciales, apagones y cortes de luz, comprendí, que ella debía tener una noble sepultura, me prometí que sería la última noche juntos en la cama, pude disfrutar de tu existencia espacial gracias a que no olía. Abrí el baúl negro de piel que ella misma eligió una tarde radiante en un puesto de carretera, sí la siento conmigo, me abrazó caliente por el sol y me dijo que me amaba, que ese baúl era un sueño para ella, también recuerdo haberla oído decirle al vendedor que tras una discusión no tendría problemas en dormir allí, suenan las carcajadas, se apagan. Tuve la suerte de utilizar nuestro ascensor de carga interno, cabía perfectamente, al subirlo a la furgoneta me desmayé de nervios. Todavía tengo la cicatriz en mi cabeza y codos, fue un leve castigo divino o propio, no lo sé, estuve tirado en el suelo del garaje unas seis horas, podía escuchar las llamadas de la empresa, en ese lapso de tiempo navegué mi mente naufragando por momentos sin descubrir unas orillas amigables. Perdí sangre, pero me recuperé, el llanto limpió mi alma, mis pensamientos e inundó todos los recuerdos destruyéndolos, anidándolo todo en un punto lejano de mi consciente -o eso era lo que creía- Me corrían prisas por deshacerme del cuerpo, aún teniendo planeado minuto a minuto cada reacción y acción, me sumí en un caos que no tenía previsto ni en los peores planteamientos. Aceleré en la carretera en dirección a un pueblo que no voy a nombrar, corté parte de la corteza de un árbol de gran tamaño e hice un hueco del tamaño del cuerpo, dicha tarea me fue fácil con la herramienta que tenía, aunque fueron horas y por demás trabajoso, pude colocarla en medio del tronco y rellenar con un material que no voy a decir todo el interior de la inmensa extensión vegetal. Me olvidaba, pegué la corteza con otro material y marché sin mirar atrás, al cabo de sesenta pasos ya no sabía cual de todos era el santuario de mi mujer, respiré aliviado al depositar el cuerpo en la naturaleza, lo sentí como un acto de bondad, devolverla al lugar de donde surgió su amor por el mundo, justo antes de enloquecer por ese joven activista. Volví a mis tareas telemáticas durante unos meses hasta que denuncié su desaparición, sabía que lo primero que harían sería revisar mi vida y tuve atado cada uno de los pasos, no había manera de encontrar huecos, fracturas, grietas que se dilaten para delatarme. La dirección IP de mi ordenador era dinámica, hasta el mismo de día de la llamada, cuando decidí dejar de utilizar el aparato, eso marcaba una situación particular, trazaba un punto en un mapa verdadero, a unas manzanas de su amado activista, por cierto, también desaparecido. Creo en el crimen perfecto, no pueden, incluso hoy, a dieciocho años de mi primera confesión, descubrir realmente qué fue lo que sucedió aquella noche, día o mañana.

Hoy es un día de noviembre, la gente es agradable, he visto a una mujer igual a Jenny, por Dios, era su clon, hace unas horas la dejé en su casa, sus padres comienzan a quererme, me ven algo mayor, pero el dinero hace el silencio, ¿verdad?





La fábrica de lunas de colores.










-Me duele la cabeza, mañana hablamos, ¿sí, amor?_estaba ensimismada por el día que terminaba, el viento sur la perturbaba modificándole el humor, había discutido con su madre por y para colmo de males la abuela tuvo un accidente en la residencia. 
-Tenía ganas, no sé, de hablar, no te pregunté nada y estás hace unos días en otro mundo, no quiero meterme pero tenemos que hablar sobre lo de tu madre, no es normal.
-Siempre fue así, diga lo que diga, no cambia, hasta mañana mi amor.
-Bueno, no me olvido, en algún momento vas a contarme.
-Sí, pero ahora no, de verdad me duele la cabeza, aunque suene lo de todos los días._Frotó su rostro sobre la fina tela blanca e imaginó lunas de colores surcando los cielos, vio al mar evaporarse y a las nubes escaparse al espacio, supuso a la tierra como una larga alfombra sobre una túnica negra y recorrió las expresiones de su madre y abuela, comparándolas, luego se sumó hilando en la genética y la historia de su familia. Por último, justo antes de no comprender la antesala del sueño fabricó una ilusión sobre el amor sin encontrar a la persona que le acompañaba. 

Abrió sus ojos empeñados en continuar con el espectáculo, no había responsabilidades en el estado de recarga, había sido un hombre cazador y una princesa embarazada con doce años, el despertador sacudió sus sentidos astillándolo todo. Su boca provocó el gesto, un asomo de relajación muscular que terminó en un bostezo uniforme, animal y gratificante, más en una mañana de temperatura agradable, brisa y sol, mucho sol con jardines perfumados. En el baño se detuvo frente al espejo marrón claro con veteados blancos a quitarse unos puntos rojos que le provocaban dispersión, su belleza rebosaba junto con su juventud, emuló en una sincronía temporal paralela, el bostezo, revolviendo en su ser el estado de quietud y reflexión matinal confusa. Sus pantalones cayeron lentamente hasta los tobillos, la caricia, evocó una sensación sexual que le erizó los pelos hasta la nuca, el frío espontáneo fue similar a un beso sin avisos, una penetración entre sueños o de amante. Orinó en fases, solo para alargar el tiempo y despertar conciliando la amistad entre la realidad externa e interna, cogió de un montón de revistas de actualidad un libro de bolsillo verde que hablaba del hermetismo, de los iniciados y la totalidad del todo. Lo ojeó sin importancia hasta que se detuvo en una línea "En su esencia el TODO es incognoscible", por un momento su casa se deshizo en miles de millones de trozos flotando a su alrededor, sus lunas florecieron de colores cortando la luz del sol radiante que la mañana ofrecía, la tierra se convirtió en esa alfombra verde y azul sobre la oscuridad para demostrarle que no se apartaba de ella, que aunque su intención era obviar sus visiones, éstas, insistentes, aparecerían reanimando su ser. Giró asombrada, reconfortada, lo que allí flotaba era energía, fluidos, y universos distribuidos, sonó el teléfono rojo de pared junto al inodoro.

-¿Sí?, hola mamá, yo bien, eso creo, ¿tú?, me alegro, no tengo rencores, ya soy mayor, somos tan distintas, no puedes entenderlo, me quieres como tú, no hay réplicas, el error es tuyo por llamar, ¿porqué lo haces?, ¡te he pedido perdón hace un instante!, no valoras mis ideas, me haces estúpida, inútil, tu títere mojado, hoy la función la dirijo yo, ¡sí, yo sola!, y puedo hacerlo a la perfección, no me perturbes, tengo un buen día, tenía, déjame, estás haciéndome enfadar, ¡enferma, qué cierres el pico, histérica!, ¡eres una puta enferma qué muere día a día!, no me fastidies con tus errores, tú te follas al mundo y ahora el mundo te folla la salud, por idiota, no me llames, ¡no me llames!, pagarás en vida, lo verás, en unos minutos el mundo se hará una alfombra por siempre, y seré feliz, no quiero seguir, adiós, me arruinaste la vida, mamá._al cruzar la sala sintió un leve frío de baldosas que fue apagándose en los escalones de concreto al sol, al llegar a la terraza el viento caliente la envolvió robándole sus ideas, la voz de su madre se apagó y sus pies concentraron el calor tibio pero ardiente de las baldosas rojas con juntas negras. Sonrió recordando la última tarde de amigos bajo aquella sombra de flores y madera barnizada, de charlas hasta el amanecer, dio un paso, luego otro sumando velocidad, dejó los talones y presionó con sus dedos al pisar más fuerte y firme, corrió en línea recta decidida a no pensar más, sus lunas apagaron las luces naturales, sus pies dejaron de transmitir sensaciones y sin avisos comprendió en el aire que el espacio era su nuevo hogar.

"En su esencia el TODO es incognoscible", El Kybalion.


Seis números.











-Me cago en mi puta madre, es un hijo de puta, es un hijo de puta Marcos, me la jugó por cuarta vez y yo como un pelotudo de mierda lo seguí, ¡mírame, boludo!, ¿me estás escuchando?, ¡hacete cargo de todo porque a vos también te la jugó!, a veces me parece que te chupa un huevo todo._ al gritar por segunda vez se le cayó la taza de té.-¡Pero, la puta madre que me parió!, ¿me tiene que pasar todo hoy?, ¡Marcos!, ¿Marcos?
-Acá estoy, qué denso, ya fue, está hecho, te lo hizo porque sos un confiado, la gente no cambia, te lo dije.
-¿Y yo qué sabía?
-Nacho, lo sabías muy bien, te la hizo perfecta, una jugada maestra, ahora te quedás con toda la deuda, hipotecado por dos, mientras que el forro de mierda ese que ahora odias seguro está en París disfrutando de un buen cafecito en una terraza de Montrouge.
-Sos un pelotudo, callate la boca un poco, ¿querés?
-¿Te molesta, Nachito?, hay que joderse, es lo que hay, el amor es traicionero y vos un nene de dos años, empezá a adaptarte a la realidad o te van a hundir hasta el fondo, bueno, sí ya no lo hicieron.
-Me voy a pegar un tiro, ¿querés que llore?, lo hecho hecho está, ese hijo de... forro de mierda... me las va a pagar todas, cuando lo tenga fichado lo sigo hasta la muerte.
-No vas a hacer nada, Nacho, nunca hacés nada, no movés un pelo, en un rato vas a llamar a tu viejo para que te quite la hipoteca, más la rehipoteca, jajaja.
-¡De esta, salgo solito!
-¿Solito, Nacho?, ¿estás seguro?
-No me jodas Marcos, no estoy para boludeces, acompañame al banco, capaz me perdonan algo si lo denuncio como estafa, está clarísima la movida que me hizo.
-Vos sos un pelotudo integral, no lo puedo creer, ¡el banco te va a exprimir hasta los calzones!, como no le pidas ayuda a tu viejo, ¡fuiste!, yo en tu lugar y sin tu viejo me pego un tiro, o me doy por muerto para hacer otra vida, sino, me volvería loco.
-Qué amigo sos, ¡el mejor!, si busco en una juguetería seguro que un Playmovil me sale más comprensivo.
-Sos más dramático, calmate un poco, tengo una película para relajarnos, cuando bajes un poco de la palmera llamamos a tu viejo, mirá, pienso acompañarte para que no llores delante de él. Sé que si estoy ahí no vas a hacer nada.
-¡Un detalle de tu parte!, no sé qué haría sin vos.
-Llorar como una maricona todo el día.
-Claro porque vos sos un macho de esos que trabajan el acero quince horas al día, Marcos, lo único que tenés es una cara de piedra.
-¡Yo trabajo más que vos!
-Por seis horas de mierda que metés, te hacés el empleado del mes, callate un poco y dejame pensar.
-Pongo la peli mientras, vos pensá todo lo que quieras, yo pienso aprovechar mi día libre.
-Debo cien mil dólares, más los otros cuarenta mil, en realidad pensandolo bien es una hipoteca y media, el me pagó casi la mitad, ciento cuarenta mil dólares, tiene que irse a un país tan pobre como Argentina, ¿yo qué haría con esa plata?, Bolivia, no tengo nada contra los bolis pero ahí seguro que no me iría, Colombia menos, Perú, ¿Chile?_los dos negaron con las cabezas.-Uruguay, bueno, ojo, es un país laico, muy tranquilo, las casas valen menos allá, no sé, ¿no, Marcos?, tengo mis dudas.
-Ese se piró a la mierda, capaz está Filipinas, dale llamá a tu viejo.
-Bueno, tenés razón, ahora pensádolo mejor, que ponga la plata que le sobra a mi viejo, mi cada no es ni un diez por ciento de la de él y su novia estirada.
-¡Menos!, vos no medís las cosas como tienen que ser Marcos, la realidad es otraaa, muuuuuy diferente.
-¿Pá?, hola, qué estás haciendo, ¡qué lindo!, con lo que me gustan las regatas, sí, sí, bueno nunca quise acompañarte porque sos un pesado con eso... nada, ¿porqué me preguntás eso?, te llamo para saber como estás, no sé... bueno, me pasó algo, no es muy grave, bueno un poco sí, más bien, muy grave... está bien, tengo que cubrir dos hipotecas sobre mi casa, me estafaron, sí, lo sé, perdoname, si me ayudas en esto no te pienso pedir nada más de herencia, lo sé, pero sí soy yo solo, ¿tu novia?, ayudame, ya hablamos de eso, estás vivo y sano, no me hablés así, perdón, estoy nervioso, te mando por correo, esperá, ¿estás con la notebook?, ya está, te mandé la petición de pago del banco, ¿seguro?, ¿de verdad?, uh, bueno está bien, tu herencia no me importa, yo sé conformarme con poco, no como esa... bueno perdón papá... gracias... chau.
-¿Y?, ¿Nachooo?, ¿y?
-¿Qué?
-¿Cómo, qué?, ¿¡qué dijo, pelotudo!?
-Ah, qué me olvide de la herencia, que me mande los papeles para firmar.
-Qué bajón, por lo menos ya tenés todo solucionado.
-Sí, pero... la puta de la novia... me da igual, esta casa es preciosa, trabajo un poco y listo.
-Sí, no sé yo si vas a...
-Nacho... callate.

Suena el timbre.

-¿Sí?
-Abrime Nacho, soy yo.
-¿Jorge?
-¡Sí, soy yo!, dejame entrar que te explico.
-¿Jorge?, ¿¡¡Jorge!!?_ abrió la puerta ciego de rabia.
-Hola Marcos._soltó las dos maletas de mano en el suelo y se arrodilló mientras rebotaban.-Ya sé, matame, pegame, hacé lo que quieras conmigo, te amo, te amo, Nacho, te amo, perdoname, tengo toda la plata, estuve estos tres días metido en un hotel, perdoname de verdad... tengo que contarte algo.
-¿¡Qué mierda me vas a contar!?, me la hiciste como un campeón, me enamoraste como a un pendejo sin estudios y me robaste toda mi plata con eso de tu negocio secreto de mierda.
-Nacho, tenés que entenderme, me jugué todo por vos, lo vi claro una tarde que te vi llorando por el estúpido de tu viejo, me salió el plan en un segundo y no se me quitó de la cabeza hasta que pude hacerlo.
-Vos y tus planes de mierda, ¿querés que te perdone?, ¡dame la plata, Jorge!, ¡toda, y con intereses!, si no tenés nada, seguro te la robaron y volvés para que te de un lugar donde dormir, estás solo en este mundo de mierda.
-No, no pienses así, Nacho...
-¿Qué querés que piense?, ahora le tuve que pedir que me saque del marrón a mi viejo, por suerte me paga todo, pero me deja sin herencia, ¡sin herencia!, ¡¡se la va a dejar a la puta esa de novia!!, es un hijo de puta malparido como vos, ¡igualitos!
-No, estás...
-¡Callate, porque te denuncio, me corto un dedo y me sale de testigo Marcos!
-Pero...
-Pero nada, Jorge.
-¡Dejame hablar!, ¿¡querés!?, el plan era que tenía que convencerte de que me prestes la plata, mi jugada por más que parezca otra cosa, era que tenía que apostar, el tema fue que descubrí una manera de jugar todo y ganar el doble... el problema, bueno, problema no... lo que pasó es que me salió demasiado mal, tenía el plan de apostar todo en el casino, al rojo, doblar la apuesta, después doblar lo ganado más lo que tenía, pero me salió para el culo.
-No, si sos un pelotudo, sos un idiota, un mogólico... ¡tomatela de acá!, andate, no te quiero ver más, mirá no voy a hacerte nada, pero no vuelvas.
-Nacho, te amo.
-Me da igual, ¡me-da-igual!
-Dame un minuto más.
-¿Para qué?, me vas a hacer lo de siempre, vos y tus historias.
-No, por favor, es un minuto, no es mentira, dejame terminar y sino me crees, me voy, y punto.
-¡Dale, hablá!
-Perdí todo, pero todo, cuando subí a la habitación del hotel, abrí las ventanas, tenías que verlo, el atardecer más hermoso del mundo, con viento y todo, bueno estaba yo ahí, en pelotas y esperando la muerte, pensando en vos, entendí que te amaba más que a mi vida misma. Miré para abajo y vi en la calle un número de seis dígitos escrito en la calle, se ve que estaban construyendo un edificio, el tema es que el número me quedó, me vestí corriendo, como un loco, después de dar vueltas por una hora, me cansé y cuando ya estaba decidido a volver a matarme, vi la casa de lotería, compré el billete del Loto y me fui a dormir, a la mañana...
-No me jodas, Jorge, ¿fuiste vos?, ¿sos vos?, salió en la tele hoy.
-Sí, soy yo, mirá._ se puso de pies, juntó la palma de su mano con la de Nacho y  dejó el billete. Marcos en medio de una conmoción rompió a llorar como un niño tapándose con el almohadón del sofá. Nacho abrió los ojos más que nunca, la notebook hizo un sonido primeramente lejano, hasta que recordó que era el aviso de nuevo correo, giró para ver y era el mail de su padre con la confirmación de pago, sonrió, volvió a mirar a los ojos de Jorge y reconoció el amor sin encontrar palabras, emociones o censuras.



Broadway y la 42.









Otro día nublado en Manhattan.

-¿Qué te debo, Amanda?_el taxi se detiene frente al anuncio de la última película de aquél ácido.
-Veinte dólares, Paul.
-¿Veinte?, ¡cada día que pasa un dólar más? 
-Es que modifico los caminos para traerte más rápido, es un servicio que se "debe" pagar.
-¿Cómo que se debe pagar?, tú estás pasada de rosca, ¿qué has desayunado hoy?, ¿veinte?, por dios, el indio ese que me traía era mucho más barato, ¡con una gran diferencia!
-¡Pues que te traiga en un cuarto de hora como yo!
-Eres tan exagerada, bueno, como todas, si no quieren que ser diferentes aunque por dentro lo desean. 
-¡Cállate de una vez y baja!, ¿no oyes fuera?, ¡Paul, vete o creeré que estás enamorado de mi!
-¿Yo?
-¿Y quién más?, eres mi único cliente que se pasa media hora queriendo discutirme el precio, sin contar que a la operadora le pides mi número de coche.
-¡Eso es una falsedad!, ¡otra vez como las mujeres!, sí, estoy en lo cierto, son todas parecidas, las mismas tácticas para enredar en el "amor" al hombre, mentirosas y manipuladoras. ¡Eso son!
-¡Baja de una vez!, viene un poli, baja la voz.
-¡Pienso pagar la demora!
-¡No es eso Paul, calla un poco!, es que tienes cuerda para todo el día. 
-¡No estoy drogado!, y no sé hace cuanto que no follo...

Un policía negro y con mala uva se acerca.

-¿Por qué no circula?, voy a tener que...
-Disculpe oficial, es que la mujer no tiene nada que ver, el comportamiento indebido es mío, llevo un tiempo prudencial, aunque no lo suficiente para esta avenida, intentando hacer que me explique porqué me cobra tan caro.
-En silencio, no estoy hablando con usted.
-Pero.
-¿Estoy hablando con usted?
-¿Por qué me habla como a un anciano o a un rey?
-Permanezca en silencio o lo detengo por desacato.
-¡Paul, calla!
-Pero.
-¡Qué te calles, por todos los cielos!
-¿Tiene algún parentesco con el pasajero? 
-No, no, ¿yo, con ese?, nada, ni el color de los ojos, ¡por favor!, deme un respiro oficial, es verdad, siempre me discute el precio por el viaje hasta aquí, pero lo hace porque quiere algo conmigo, es que son todos iguales oficial. La máquina cobra distinto porque hago recorridos alternativos para traerle rápido, aunque de nada sirve, luego se queda discutiendo por lo menos una hora y encima me paga el retraso con propina incluida. 
-Aparque por favor... junto a la furgoneta, gire, despacio, muy bien, bájese y entrégueme la documentación.
-¿Qué he hecho?, la culpa es de...
-¡Es mía, oficial!
-Le he dicho que si me interrumpe una vez más lo encarcelo.
-No, no lo ha dicho.
-Sí lo he dicho.
-No, ¡no!, ha dicho que permanezca en silencio.
-Entonces, sí repite una vez más su imprudencia, tendré que encarcelarlo, señor.
-Soy un hombre, el señorío está obsoleto.
-Tiene todo en regla, señorita Amanda, invítele un café a este individuo.
-¿Perdone, oficial?
-¡Qué le invite a una copa mejor!, mírele la cara de hambriento que tiene, es que las mujeres...
-Usted es un oficial del orden, no tiene porqué hacer este tipo de apreciaciones.
-Y usted es una empleada que da un servicio, aunque lo está incumpliendo, si quiere, doy un parte a su compañía por el comportamiento.
-Es mi trabajo, con eso...
-Me sorprende la policía, a veces parecen tan buena gente, ¿será porque es negro y quiere complacer?
-¡Cállate, Paul!
-Al menos ya has aprendido bien mi nombre, no lo repitas mucho que pierde significado, quizás desaparezca, y eso no lo quieres, ¿o sí?
-Eres la persona más pesada que conozco, un auténtico idiota.
-Amanda, ¿quieres un café?
-Está bien, pero solo unos minutos.
-Sí, lo que quieras, aquí unos minutos pueden ser horas, hay atascos hasta en los baños de McDonald´s.


Ella pide un café con leche y crema, él un chocolate caliente.

-¿Quieres acompañarlo con algo dulce?, quizás termines con un coma diabético, mejor no, ya eres demasiado para este mundo.
-¿Es eso un piropo?, Paul, paga, ¡paga, la chica te está esperando y el resto de personas!
-¡Está bien, está bien!, toma, espera, te doy estas dos monedas, así mejor.

Se sientan, está abarrotado de gente cansada, autista, en Babia.

-¿Qué crees que es la vida, Amanda?
-Uy, no te cansas, llevo nueve horas soportando tipos como tú, que por llevar traje pueden conquistar a una mujer, echar el polvo de la merienda y volver a casa a vivir con la familia felizmente. ¿Qué es la vida para mi?, muy diferente a la tuya, eso te lo aseguro.
-No lo creo.
-¡Mírate!, te he visto enseñarle la tarjeta que tienes bajo el abrigo, el oficial estaba compinchado contigo, no sé quien eres, pero hasta aquí llego, he aceptado tomar este café para descansar y terminar con todo este juego de una vez.
-No es verde el árbol en otoño, las apariencias engañan, es una cuestión de tiempo, como el árbol yo soy parte de un bosque que imparte algún tipo de comportamiento colectivo. Pero en la otra parte de mi tiempo, soy así, soy yo, Paul, como me llamas una y otra vez.
-Me da igual, no me cuentes tu libro mental, escríbelo que yo tengo cien novelas que escribir de tanto que he sufrido.
-Eso ya lo hacen los artistas, Amanda. Dime qué es la vida para ti.
-Un sacrilegio constante, una abatida prematura, un dolor de muelas, un resaca permanente, un dolor de ovarios insistente, no sé, puedo seguir varias horas, te costaría caro.
-¿Lo dices por tu trabajo?, tienes que terminar tu turno... hace ya... diez minutos.
-¿Cómo lo sabes?, ¿me sigues?, si eres de esos enfermos, voy a... no me asustas.
-No soy nada, lo sé porque te he visto cambiar el coche accidentalmente hace unos días, nada más, el resto es sentido común.
-Más te vale Paul.
-Ves la vida algo odiosa.
-¿Odiosa?, la veo como se me presenta, con dos ojos y algunos sentidos.
-Yo creo que seguimos siendo igual de primitivos, la ley que nos protege es básica en todos sus argumentos enlazados, la violencia es un factor condicionante y natural, el amor es un artilugio utilizado para mercadear con las personas. No confío en las emociones, soy algo práctico.
-Eres primitivo, y me aburres, si no confías en las emociones, no te me acerques.
-Ese es el problema.
-¿Problema?
-Sí, Amanda, desde que te he conocido, no puedo controlarlas, fallo, no puedo pensar ni ver con claridad, estoy gobernado por algo que desconocía y me aterra, la vida se me presentaba tan diferente... lo siento, debo marchar, todo lo que he dicho sobre las mujeres... ¿lo recuerdas?... sigo pensando lo mismo, aunque toda ley tiene su trampa, su inflexión, adiós Amanda.


Paul se aleja, abre la puerta y respira de una bocanada la contaminación Neoyorquina, siente estar en un bosque hermoso y lumínico, Amanda intenta beber el café hasta que se le cae sobre su ropa, un camarero se acerca y ella sonríe, lleva años sin hacerlo. Al mirar la taza llena de chocolate caliente y humeante ve una nota, la arruga al estirarse para leerla, se acomoda nuevamente. Sonríe una vez más mirando el cristal y la gente corriendo, hablando sola, lee.

"La vida es... esto" 








La intervención.











-No vuelvo a decírtelo, dame todo el dinero, ¡pero si no puedes moverte!, ¿qué digo? esto tiene un límite Aitor, ¿no piensas hacerlo?, es-te, pu-to de-do... te va a do-ler... ¿así gritas pedazo de mierda?, piensa en mi hermana, un minuto, ¿puedes tener algo de empatía, inútil?_tenía la boca pero no había modo de utilizarla en señal de alarma o dolor, estaban en un cuarto de máquinas del bloque uno, aunque quisiera, nadie escucharía sus gemidos y golpes contra el acero, estaban solos.-Te dije que no te acerques, le inventaste toda esa historia de que eras un director de cine recién premiado, ¿sabes la ilusión que tuvo?, en el silencio de mi observación sabía que era un timo... un director de... ¡hijo de puta!, no voy a matarte, cuando estés entregado a la muerte como en este preciso instante me voy a tranquilizar, ¿ves, es fácil estar en mi parcela?, lo haré hasta que vuelva el caudal de tus pensamientos y encuentres el tormento de tu propio castigo, cuando tu instinto abrace a la vida te seguiré enfrentando a tu amiga... tengo todo el tiempo del mundo Aitor._ se sentó con el bocadillo de jamón y tomate, masticó lentamente, bebió agua de su botella de plástico y cantó durante unas horas canciones de glorias pasadas.-¿Por qué tiemblas, Aitor?, será similar al placer de la eyaculación, esa parálisis que convulsiona el ser, ¿puedes pensar en una caricia?, el hilo pandea de un lado a otro, no, ¡no!, ¡abre los ojos!, no vas a dormir, no, guapo, tienes ojos, ¡úsalos!_ inyectó en sus venas un cóctel de vitaminas para mantenerlo en la superficie de la consciencia.-¡Eso es, así, qué valiente eres!, ¿las retinas de esa pobre víctima se empañaron rápidamente?, es una duda que me llega comiendo desde hace unos minutos, ¿es un instante la vida?, no hay adrenalina más corta... eres un buen hombre. ¿Te asombras?, eres un buen tipo, le has quitado el aire a una persona feliz, a una ignorante, le derrumbaste su castillo de humo para enseñarle la verdadera naturaleza que nos domina, eres definitivamente un sabio._rasgó lentamente su pecho mientras comía los últimos bocados.-Aitor, eres una máquina de fluidos, si te vieras no darías crédito, a partir de ahora comienza el juego, eres mi rata favorita, el castigo en línea va a dar que hablar, ya verás... bueno, no, ¡lo veré yo!, pero no te atormentes hombre que todavía vives, ¡eso es lo que importa!, ¿no? Muero por leer y oír los comentarios de nuestra nueva audiencia, va a dar la vuelta al mundo a la velocidad del satélite. No temas, tengo planeado al detalle todos los saltos dinámicos, he programado estar en todos los sitios a la vez, tendremos semanas hasta que nos descubran, bueno, a decir verdad, a que te descubran muerto, ¡no serás una víctima!, haré que el ejemplo cunda en el mundo, los códigos lo tienen al menos diez mil personas en este momento, cuando lo ejecuten podrán esconderse y atormentar a sus verdugos. ¡No hay sistema que pueda aplacar el mal sin reacondicionarlo!, es nuestra palabra encomendada al fracaso de la ley. Todas las trabas se acaba en este momento Aitor, piensa que tu vida te ha llevado a un destino histórico, serás el primer muerto reemplazado por partes... por tu víctima. Jajaja, ¡eres un niño!, ¡puedo verte correr sin esconderte!, piensa, eso es, piensa bien en lo que te depara, ¡vamos, piensa primate!_ el cuarto se iluminó junto al bloque de servidores conectado vía inalámbrica en una furgoneta, impostó su voz probando el tono, escupió el agua tras un buche de limpieza rápida.-Siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos... uno... los actos encierran jaulas prescritas de comportamiento, no hay ser más violento que este espécimen, sus actos fueron el detonante ejemplar en esta bomba de relojería. Pueden asquearse al ver el grado de descomposición que he logrado, lo mío no tiene referente, haré de mi asesinato una prueba del nuevo comportamiento humano... en este instante somos mil personas ajustando cuentas con Aitor, en unas horas seremos millones, la verdadera justicia a llegado, busca a tu culpable._ encendió la máquina de oxigeno para alimentar el aire en los pulmones de aquella mujer descuartizada y cocida como un muñeco. Los cuerpos estaban unidos por sus órganos, era espeluznante, ingraficable... la ola se convirtió en un maremoto imparable, la sed de venganza florecía de las alcantarillas de todas las ciudades y pueblos del mundo, el sistema protegido fue la capa, la mano o la coima al juez, se detuvo el mundo entre palabras, armas y programadores, Aitor en primer plano buscaba esos ojos de su mujer alentándolo a escribir guiones.   







La jungla de Calais.









Junto al puerto de Calais, entre basura y plásticos improvisados miles de inmigrantes se encontraban con la noche fría y húmeda del país de acogida temporal. Quedaban unos pocos despiertos tras soportar temperaturas de invierno en pleno otoño. La mañana comenzaba a despertar a los relevos.

-¡Son ellos, son ellos!_ exclama al levantarse velozmente un observador atento. La tierra desprendida por el arranque repentino se diseminó sobre el resto de acompañantes.-¡corran, vienen por nosotros!_ el cigarrillo continuó en su boca pese a la velocidad con la que corría, por el viento se encendía más y más, mientras tanto el resto de seres hambrientos y soñadores reposaban ante la locura del paranoico desconocido.
-¡Inmigración, no se muevan!_ sus ojos se abrieron como las puertas ante el tornado. Los camiones, perros y medios de comunicación invadieron rápidamente el campamento improvisado entre el puerto y la nave industrial abandonada.

Dos horas antes.

-Ya verás Hamid, Zeb traerá algo de comer.
-Estoy destrozado, quiero volver.
-¡Londres es un paraíso, aguanta Hamid!, ahora piensa en tu mujer y los niños, ¡su educación, Hamid!, la necesitan, así no pasarán esta penuria.
-¿Y qué haremos en Londres?, ya no nos quieren en ningún sitio del mundo. ¿Has oído lo que dijo Eric Besson?, ¡qué debemos estar reparando Afganistán!, y tiene razón, cuanta razón lleva, ¿qué nos hace tan ambiciosos, Zahir?
-¿Lo olvidas, Hamid?, y me lo preguntas a mi, ¡destruyeron la riqueza de mi familia!, ¡soy pobre por esos...!, pienso resistir, cruzaría a nado hasta el Reino Unido.
-Eres tan soñador, lo tenías todo y ahora con las sobras puedes alimentar a mi familia durante treinta generaciones, pero quieres más, el pasado te retiene, te ha secuestrado, eres un soñador, no patearán cuando lleguemos allí, nos mirarán como terroristas, son tan... voy a dormir algo, Zeb no vuelve y me duele la espalda, protégete de la rabia, se han contagiado otros tantos.
-Lo sé Hamid, lo sé, duerme, piensa bien lo que has dicho, te perdono porque eres mi familia, te elegí porque vales oro, pienso taparme.
-Tienes la suerte de acompañarme, Zahir, no sueño, veo la verdad, en la realidad suceden hechos que no comprenderemos hasta la muerte. Las fronteras se están cerrando, gente como nosotros son  presos del capitalismo, rehenes de la pobreza y destrucción que fomentan preventivamente. Zahir, eres un buen hombre, pero Inglaterra está lejos de nosotros, las promesas de esos traficantes de humanos son palabras del viento, humo esparcido, ¡mentiras!
-No grite Hamid, cálmate, ¿crees que nos mienten?
-Es posible que sí, el gobierno nos amenaza constantemente, somos la nueva amenaza, quieren despistar a la gente de la crisis financiera con nuestro dolor. Zahir debemos escapar cuanto antes.
-No podemos, he pagado, no me queda dinero, ¿qué hacemos suelto en un país que nos quiere cazar?
-Volver es un remedio doloroso, para ti incluso más, perderías todo lo que invertiste, cuando uno supone un beneficio sobre un ilusión, debe tener presente y bien claro que la pérdida es la primer opción, como ir al casino, ¿lo recuerdas Zahir?, eras el ser más envidiado de todo nuestro país, ¿qué nos ha pasado?
-¡Cómo olvidarlo!, nos pasó el petróleo, nos arrollaron con sus armas, ¿qué pasó?
-Hay que escapar cuanto antes.
-Lo repito Hamid, ¿qué hacemos?, allí fuera de los plásticos la pobreza es el mal menor, Europa se vuelve fascista nuevamente, lo huelo, crece día a día.
-Es el enano de Zarkosy, le quitaría el aire con un corte en la garganta en el Arco de triunfo._encendió un cigarrillo al comprender que ya no dormiría nuevamente, el estado de ansiedad lo tenía entre barrotes invisibles, paranoico, observando detrás del espeso follaje.-¡Son ellos, son ellos!, ¡corran, vienen por nosotros! 

El sonido de las pisadas sobre el plástico azul se repitió hasta despertar en gritos a un centenar de medio despiertos. Un perro saltó sobre Zahir y lo inmovilizó, de terror pensó en gritar pero lo único que hizo fue recordar la mordedura de su perro favorito de la infancia, repasó, en un acto de ignorancia, su mano derecha evocando esa herida sangrante y a su madre con los guardias elevándolo en el aire para llevarlo a la sala de enfermería de la familia. Sonrió, un guardia supuso al verlo que el invasor se burlaba de su trabajo y lo aporreó al menos unas cuatro veces hasta dejarlo inconsciente rendido sobre la tierra removida. Su amigo Hamid corrió hasta el aguar y nadó sin detenerse durante cinco interminables minutos, al agarrotarse sus músculos volvió su cuerpo al cielo, y flotando contempló el cúmulo espectacular de estrellas que se esfumaban con la entrada de la luz solar.-El cielo corre sus cortinas, el mundo no está preparado para esta función._ pensó agotando el último halo de aire que lo sostenía a flote, tembló hasta hundirse lentamente mientras una reportera iluminaba con la cámara de su compañero el aterrador final del inmigrante ilegal.
-¡Hay un hombre en el agua!, ¡auxilio!, ¡hay un hombre ahogándose!_ sacudió de un golpe a unos de los oficiales del orden mientras intentaba retener a un joven menor de edad llorando espasmódico y de rodillas, hundido en la capa terrestre en una crisis nerviosa que el quitaba el aire a pasos agigantados. 
-¡Cállese!
-¡Se está muriendo, por Dios hagan algo!
-¡Cállese, por favor!, tenemos la orden expresa del ministro Besson de apresar a estos individuos en tierra, lo lamento.
-¿Qué lo lamenta?, ¡qué hipócrita, levantaré acta de lo que ha dicho oficial!_ la periodista se sentó sobre un tronco quemado, arrancó el micrófono de su abrigo y lloró desconsoladamente mientras el resto de colegas hacían preguntas a las víctimas y verdugos.

Una hora después, en la prensa digital, un joven francés en su cuarto termina de leer las notificaciones de su perfil de Facebook.

-¡Mamá, mamá!, ¡ven aquí un minuto!, tienes que ver esto.
-¿Qué ha pasado, Fabrice?
-Al fin hacen algo con esos inmigrantes, ¡qué alegría!, me recuerda a los buenos tiempos, al fin los impuestos sirven de algo mamá.
-¿Yo te he enseñado eso, hijo?
-¿De qué hablas?
-Fabrice, hijo, la humanidad es una sola raza, el mundo es un hogar, ¿qué te han hecho esas inocentes almas desesperadas?
-¡Me quitan el trabajo y empobrecen las condiciones!, los quiero fuera, ¡ya!_ la cachetada sobre su mejilla derecha retumbó viajando desde el corredor hasta la cocina en donde estaba su padre oyendo pacientemente la evolución del desalojo y deportación de más de trescientos humanos ilegales. 

  




Arjé






Capítulo primero.




Boris me había hablado del número de Auvernia en la universidad, suponía que era una de las cientos de invenciones que fabricó para entretenerme en el campamento de verano. Hace dos noches que no concilio el estado de armonía, no duermo a causa de los números, Boris ha muerto y mi vida carece de sentido. Puedo, aunque lo intento en demasía, puedo imaginarlo sonreír, nada más alejado de la realidad, es un invento para intentar minimizar el daño. ¡Boris está muerto, mierda!, lo tengo planeado, atacaré cuando el sol despierte, volarán como plumas sueltas, era verdad, y yo lo creía un mentiroso, ¡existen!, ¿por qué existen?, estaría ahora conmigo, Boris, todos han muerto, ¿qué he hecho?

-¡Gilles, hemos acordonado el bosque, no tienes posibilidad de sobrevivir!, te suministraremos la medicina.
-¡Qué se vayan o detono!, no doy más advertencias, hablo muy en serio Proust, ¡o se marchan o detono!
-No existe, es irreal, te ha manipulado, Boris vive._ No puede ser posible, si yo mismo...


72 horas antes.


-¿Tienes la bomba, Gilles?
-Aquí está, Boris.
-Perfecto, vas a oírme muy bien lo que voy a decirte, ¿estás atento, Gilles?_asintió con la cabeza olvidando sus recuerdos de la niñez, sus sueños se apagaron para arropar a uno único... 
-En tus manos tienes el futuro, ¿me oyes?, aunque no me lo creas, pronto comprenderás de lo que voy hablarte.
-Me das miedo Boris, ¿de qué hablas?
-Es importante que guardes silencio, voy a enseñarte algo que te modificará para siempre, pero primero tienes que jurarme algo.
-¿Qué es tan importante?, vamos, hemos quedado en el primer hilo dentro de un cuarto de hora.
-¡Olvídate de eso!, tienes que escucharme, me ha llevado años recomponerlo y guardarlo del mundo, nada se asemeja a lo que conocerás.
-¡Déjate de tanto misterio y suéltalo que no hay tiempo, Boris!
-¿Es qué no me oyes?, ¿¡no estás atento!?
-No me grites, ¡no me grites!, ¡na-die- me - gri-ta! 
-Yo sí, soy tu propia sangre.
-¡No, no lo eres, Boris!
-Lo soy, ni tú ni nadie va a cambiarlo, te he elegido sin saber de tus habilidades.
-¿Qué habilidades?, la única que se me da bien es follar como un...
-¡Cállate!, ¡es suficiente!_golpeó su pecho con el puño abierto, Gilles tosió quitando la tensión superficial que lo sofocaba, la bomba debía llegar al destino y su amigo no hacía más que hablar.-lo que voy a enseñarte contiene lo inexplorado, nada se asemeja.
-¡Ya lo has dicho!, ve al puto grano.
-Es que tu impaciencia te hace tan irritable Gilles, voy a golpearte, ¡calla un poco! detrás de esa mesa están las respuestas, nada será igual._ Boris le señaló el área en donde había dos cajas una encima de la otra junto a un escritorio despintado, desenfundó el arma de su cintura y la colocó en su cabeza.-Nada será igual, Boris, nada._su amigo volteó al oír el martillo de su arma. 
-¡No, no lo hagas!, ¿qué mierda ocurre, Boris?, ¡Boris!_al percatarse de tamaña acción inesperada disparó a la muñeca de Boris para evitar la detonación, nadie pudo detenerlo, la desesperación eligió por el y la consecuencia desató la furia del aleteo de una noble mariposa en un estanque. Por un instante pudo ver como el tendón al que disparó ejecutó la tensión del tendón que efectuó el disparo contra su cabeza. El estallido desperdigó restos de su amigo y éste acompañado de la fuerza del impacto cayó contra el cristal de la ventana cayendo durante nueve plantas sobre la avenida Niel. Pudo oírlo perfectamente crujir contra la ciudad, los gritos y los frenazos automáticos se elevaron como hojas queriendo escapar al espacio, Gilles cayó de bruces preguntándose qué había hecho. Tras unos segundos de una lentitud pasmosa recordó las últimas palabras  como un consejo omnipresente y atormentador que se repitió hasta provocar desde su volcán interior una furia desmedida hacia el mundo real.-¡No!, ¡no!, ¿¡Boris!?, no es cierto, no es cierto, no puede ser real, ¡calla hijo de puta!, ¡calla de una puta vez! La constante insistencia lo obligó a acercarse a las cajas junto al escritorio despintado, todavía tenía su arma amarrada fuertemente en señal de protección. Se detuvo con las lágrimas provocándole ardor en los labios, elevó su mirada al techo aspirando todo el aire hasta toser, golpeó su pecho hasta que el silencio se adueño de su presente. 
En la ventana las luces destellaban como disparos en la guerra nocturna, nada podía oír, recorrió el dibujo de la luz hasta que esta se encontró en la oscuridad mezclándose, uniéndose. Sonrió encogiendo los hombros y en medio de la espuma silenciosa y móvil de la realidad retomó su especial atención 
a las cajas. Notó que la etiqueta blanca se repetía en las dos cajas y que era una nota cortada, una cita que asoció rápidamente a una tarde de universidad con Boris. Se acercó a la caja sin necesitar la luz para su lectura, el silencio le permitió agudizar su sentido hábilmente. Las cajas decían:

<<Es sencillo buscar correspondencias entre tipos de sociedades y tipos de máquinas, no porque las máquinas sean determinantes, sino porque expresan las formaciones sociales que las han originado y que las utilizan. Las antiguas sociedades de soberanía operaban con máquinas simples, palancas, poleas, relojes; - Las sociedades disciplinarias posteriores se equiparon con máquinas energéticas, con el riesgo pasivo de la entropía y el riesgo activo del sabotaje; las sociedades de control actúan mediante máquinas de un tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo riesgo pasivo son las interferencias y cuyo riesgo activo son la piratería y la inoculación de virus. No es solamente una evolución tecnológica, es una profunda mutación del capitalismo.>>

No pudo contener el entusiasmo. La vibración del teléfono lo ubicó temporalmente en los planes sin cargar con las modificaciones evidentes.

-¿Boris, dónde están?
-Boris se ha ido.
-¿Quién eres?
-Gilles, Boris ha abortado la misión y yo también, no puedo dar razones, lo lamento.
-¿Cómo qué...?_ lanzó el aparato al suelo destrozándolo por completo con su bota.









La muerte de Paul.










-Dale una patada en la cabeza, no, no, ¡mejor en el ojo!_ era el helipuerto más alto de la ciudad, el viento arropaba con las chaquetas los rostros de quienes miraban pendientes del nuevo golpe.
-Está muerto, no sea sádico, ¡está muerto!, ¿no me oyes?_ se agachó junto al cuerpo para hacer la pericia, lo ha dicho para no continuar observando el comportamiento primitivo de su compañero.
-El izquierdo lo tengo caput, y el otro disminuido, con este viento es imposible discutir algo, ¿estás seguro?_ al preguntarlo soltó el fierro oxidado cerrando sus ojos para recibir el aire que lo ventilaba por estar  a esas alturas.
-Es el número dos mil doscientos tres, mi talento para la muerte no se acaba, pero no pudo soportar tu inoperancia, te pasas Paul, ¡mira cómo le has dejado el cuello, eres una bestia! Se ha acabado el show, pueden volver a sus oficinas, controlen las salidas, verifiquen que todo continúa con normalidad._ dijo Roger señalando la puerta de las escaleras de emergencia al grupo de trabajadores de General Motors en Boston.-¡Vamos, afuera!
-Señor Meyers es usted un mártir._ exclamó un obrero manchado de grasa y sudor apagado por el sonido de las corrientes de aire.-¡Meyers, Meyers!_ continuó alentando a sus compañeros a acompañarlo en su alegría espontánea.
-Señores, aprecio sus palabras de aliento, comprendo la alegría pero ahora les toca la parte más difícil del asunto, ¡deben tomar la empresa y transformarla en un bien colectivo!, procuren no volver a cometer el error de este pobre hombre, el poder no está encapsulado en un solo hombre, el necio pierde la vida por ciego._ al terminar su frase Paul los invitó a abandonar el helipuerto y continuar con las labores de saboteo.-¡Nos espera el siguiente!, ¡Paul!, ¡ven aquí!, ¿qué haces? 
-Estoy pensando, déjame en paz unos minutos, ¿quieres?, ¡relájate, todo marcha sobre ruedas!
-De eso nada Paul, hay mucho por hacer, ¿¡por qué siempre te empeñas en joderme!?
-¡Qué me dejes en paz unos minutos!, para ti es fácil, señalas a la siguiente víctima y repites tus discursos, te aplauden, de adoran y marchas con el ego más grande y radiactivo que el sol.
-¡Exageras!, no saben lo que hacen.
-Te llaman "el agujero negro"
-¿Y eso?, no te digo, ya no saben qué decir, hacemos nuestro trabajo, supongo que la fama no la merezco, aunque mis actos se eleven por los aires por culpa de tipos como esos.
-Al llamarte a ti, ineludiblemente me lo llaman a mí.
-Sin ti no hay cambio posible, eres mí...
-¡Estoy harto de tu divinidad terrestre!, el agujero soy yo, ¡de mis manos sale la energía que agota la vida!, me lo he pensado bien.
-¿De qué hablas Paul?
-Lo siento, es que...
-¡Habla!
-No puedo continuar así, me vendrían bien unas vacaciones, reflexionar sobre nuestro trabajo, ya no encuentro la plenitud al extinguir las emociones ajenas.
-¡Se llama asesinar, Paul!, significa matar, lo que tú haces es ejemplar.
-Lo sé, pero te adulan a ti, Roger, eres una gran persona, tu humanidad es completamente diferente, cuando me sacaste del vertedero supe que había futuro en tus ojos.
-¿Y por qué dudas tanto, Paul?
-Destruir las cabezas visibles de lo que odiamos no transforma nada, modifica sí, en cierta forma, el futuro de aquellas personas, pero... están boicoteando nuestro trabajo, las empresas liberadas del poder no son fiables en el mercado, se cortan los suministros y la comercialización, no has podido predecirlo, aquellos infelices sueñan con seguir unidos hasta el final pero cuando noten que no ganan ni un dólar por sus cientos de horas se volverán contra ti.
-Supones, supones, no hay verdad que envuelva el futuro para que magnifiques de ese modo lo que sientes, el poder está siendo abolido, lentamente y con la firmeza de un yunke aplastamos sus fortalezas utilizando sus debilidades. ¡Caen como moscas en el agua!, siguen nadando, aunque lentamente comprenden el desenlace inevitable, puedo manchar mis manos Paul, mis gafas, traje impecable y zapatos con mis iniciales pueden ser ensuciados por la causa. Voy a subir al helicóptero, debemos marchar.
-¿Tú?, jajaja, ¿crees poder efectuar mi trabajo eficazmente?, la muerte lleva mi ropa. No eres más que una sombra de los agentes del sistema que descalificas y reconviertes. 
-Tienes un día jodido, lo comprendo, por lo que haces día a día, pero esa gente que me adula es a la que favoreces, ¿quieres fama?, ¿quieres realmente que te identifiquen?
-¡Es que soy el punto oscuro de la historia, tú te llevas los honores por lo que representas con tu lista de poder, en cambio yo que ejecuto las acciones soy el bolsillo escondido de la chaqueta.
-Sin ti no es posible la revolución, vamos, nos quedan cinco años, estamos llegando al punto de no retorno, no quiero que te bajes, eres lo más importante de todo el movimiento.
-¡Si hay miles como  yo en el mundo haciendo mi trabajo!
-¡Asúmelo Paul, no eres el único!, ¿quieres poder?, ¿eso quieres?, pues tendré que llamar a otro para que te ejecute, ten cuidado con lo que expresas o entras en mi lista de poder.
-¿Qué?, estás demente, el que tiene la visión truncada eres tú, Roger, has cambiado, mírate, estás impecable, si pareces un presidente campando a sus anchas con total impunidad. La lista no puede concentrarse en una persona, el análisis es unidireccional, tu subjetividad quizás me haya obligado a matar a inocentes y no lo puedo reconocer, me siento un ciego ante la tormenta que tengo a mi lado, clamando mi cuerpo, mis energías.
-Paul, por última vez, no hay tiempo, me veré en la paradoja de elegir, el movimiento es lo que vale, ¡más que tu vida y tus deseos!, ¡no soy el poder, no lo contengo!, ¡soy un genio y no hay nadie que se asemeje a mi naturaleza!, ¿lo puedes entender?, mi biología es biológica y robótica, ¡soy el único y el más capaz de evaluar!, ¿crees que no pienso en ello?, no hay poder, no existen nimios destellos en mis procesos que intenten inundarme la conciencia con banalidades insuficientes. Por eso soy lo que soy y represento lo que quieren ver de mí. Tú eres lo más importante, Paul, mírame, allí abajo hay un foco de cambio, una bofetada a la dominación idiota, ¡están despiertos, gracias a ti compañero!
-Suenas a comunista.
-Tú suenas a confusión emocional.
-No hay ideologías que soporten  las variaciones que planteamos, la nueva era comienza Paul, estás dentro o mueres fuera.
-Suenas a un dictador, a ese que destrocé en la playa en veinticinco trozos sin forma.
-Eres lo que hiciste, comprende tu naturaleza y verás con otros ojos, Paul, debemos marchar, te espera justamente un comandante, tienes todo preparado, y la lista sigue creciendo, vamos compañero, el futuro se presenta algo más alentador, piensa en ello.
-Pienso Roger, veo sus rostros estallar con mis golpes, ¿haremos bien?
-Paul, no hay bien ni mal, cuando funde el nivel uno serás mi primer alumno, ya verás compañero como nuestro universo se vuelve un átomo, paciencia compañero, es hora._ desde el helicóptero las montañas artificiales estaban envueltas de los símbolos de autonomía económica, política y social, el germen encontraba su verdadera esplendor.













El instante de la memoria.












-Vane, guapa, ¿cómo estás?, te extraño.
-En una hora voy al hospital.
-Va a salir todo bien, no te preocupes, es un bulto, es quitarlo, ¿qué te han dicho en el bar?
-Nada, cogeré la baja cinco días, me van a odiar mis compañeros, pero no puedo dejarme estar.
-De eso nada, y tienes la fecha, es la hostia, hay gente que cree que ocuparse de la salud es pasarse de listo. Yo tengo un dolor en la espalda muy fuerte, me da cada tanto, pero muy fuerte Vane.
-Qué raro, ¿en los pulmones?
-No, a la altura de la columna, ¡es una pasada!, a veces me quedo en la cama dos o tres horas, no le he dicho nada a mis padres, ya sabes como son.
-Haz algo Ana, no me fío de nada, en estos tiempos te puedes pillar lo que sea, vete al médico de mi familia, lo tienes cerca y es gratis, les aviso a mis padres y ya.
-¡Déjate de jaleos!, no es nada, se me pasará, bueno, vete ya que sino no llegas, ¿te lleva Javi?
-Está al lado mío, me hace muecas para que te salude, dice que siempre me olvido de decirte.
-Es cansino el tío, dile que te cuide y te mime mucho, te llamo luego de la operación, avísale a Javi, ¿vale?
-Está bien.
-¿Tienes miedo Vane?
-Anoche fue peor, no he dormido nada.
-Venga que quedan horas y luego a disfrutar, a cambiar la actitud que vienes con una racha bastante chunga.
-¡Ni que lo digas!, un beso, y vete al médico, ahora mimos llamo a mi padre.
-Solo porque tú lo dices, ¿no se creerán que soy una...?
-¡Venga ya!, calla un poco, qué mujer por Dios, al final voy a viajar para darte una... jajaja. 
-Suerte, que vaya todo perfecto Vane, hablamos.
-No te sientas mal, luego Javi te cuenta porque yo seguro que voy a estar con un humor de vieja de pueblo.
-Jajaja, ya lo eres... jajaja, besos.

Al siguiente mes.

-¿Duele?
-Nada, ¿por?
-Has tenido mucha suerte.
-Sí, bueno en el bar no tanto pero me ha venido como anillo al dedo, he vuelto al supermercado y me tienen como a una reina.
-Eso si que es suerte Vane.
-¿Qué tienes?, suenas rara.
-No es nada.
-¡Venga, suelta!, fijo que tienes algo. 
-Te he dicho que no es nada, ¿le han pagado los morosos a Javi?
-¡Y yo que sé!, suelta, no me cambies de tema Ana, ¿somos mejores amigas o no?
-Qué pesada eres tía.
-Hacías lo mismo cuando tu madre me regalaba algo.
-Es lo que te conté la otra vez.
-¿Te ha llamado de vuelta el amigo de Albert?
-Nada de movidas así, te he contado que tenía unas puntadas muy fuertes en la columna.
-¿Y qué?, está solucionado.
-Nada de eso, te mentí para no ir a tu médico, al principio por no alarmar a nadie, ya sabes el pueblo lo que es, al otro día tenía a todas las familias encima. No me dejó de doler nunca, una noche me caí por las escaleras del dolor, no podía ni caminar, ¡fue horrible!, mis padres me llevaron al hospital, y la enfermera se puso pesada con el tema de las drogas, luego con la bulimia, en fin fue tan pesada que le solté el rollo ese del dolor, me hicieron unas placas, luego un escáner y al final una ecografía.
-¿Y qué?
-Resulta que tengo algo similar a lo tuyo en el hombro.
-No me jodas.
-No, no te jodo Vane, estoy que no me lo creo, no lo sabe nadie, hoy pienso decírselo a la familia.
-¿Es necesario que lo cuentes?, no será nada, bueno la operación un poco más compleja pero nada más, tienes que pensar bien.
-Vane.
-¿Qué, Ana?
-Tengo Cáncer.

A la semana.

-¿Cómo está?
-Durmiendo, muy tranquila, llevamos tres días sin dormir Vanesa, estamos desesperados.
-Va a salir bien Carmen, es cuestión de tiempo, es una luchadora.
-Eso esperamos hija, sino nos marchamos con ella, ¡no es justo!, estamos en el infierno.
-Lo lamento mucho, ¿te han dicho algo los médicos?
-Lo de siempre, al final todos me dicen la mitad de las cosas, yo veo que hablan por horas con mi marido y luego el me da dos palabras para que no me altere, ¡no soy tonta!, sé lo que está pasando mi niña, no es justo, quiero que me lleve a mi, no es natural...
-Cuanto lo siento Carmen,  no llores, se va a recuperar, hazme caso, confía, Teo te dice poco para que no se lo trasmitas a Ana, estoy completamente segura de que te dice la verdad.
-Hija, conozco a mi marido, sé muy bien lo que dicen sus ojos.

Al mes siguiente.

-¡No doy más!, me están taladrando el cerebro esos ancianos, no hacen más que contarme una y otra vez la misma insignificante historia. Encima no sé que pasa hoy que vienen todos juntos.
-¡Qué exagerado eres!
-¿Y tú, Vane?
-Poco, han venido dos parejas, tomaron unos cafés y poco más, me duelen un poco las piernas. Te queda bien ese corte de pelo, te hace más fuerte, más, no sé, ¿hombre?
-¡Qué mala eres!, quizás lo use un tiempo así, sigo siendo guapo como siempre.
-¡Calla, calla!, ¿guapo?, venga ya, eres del montón.
-Gracias, y tú.
-Es la verdad.
-Oye, me acabo de acordar y no te he preguntado, ¿qué tal va tu amiga?
-Murió... hace tiempo ya, ¿no lo sabías?
-No, perdona, no he querido, lo lamento con el alma, de veras, no me esperaba que... 
-He llorado mucho... tuvo varios problemas con los pulmones, no pude siquiera despedirla, tenían un terreno para construir una casa, iban a casarse, no quiero ni pensar.
-No sigas, me imagino, no he querido destruir el día que tenías, lo siento.
-Nada, ya está, nada va a ser igual, encima sé mucho menos de lo que fue realmente, nadie dijo nada, la verdad se la llevó a la tumba, al menos me quedan los recuerdos.
-Eso es bonito, Vane.
-¡No, es la peor trampa que existe!, todas las noches cierro los ojos buscando lugares, situaciones con ella, ya sabes, revivir lo que vivimos juntas, y veo solo pinceladas, ni siquiera puedo verla a los ojos, olvidé su cara, no me lo perdono. 
-Más adelante seguro podrás, estás en la tormenta todavía.
-Eso es mentira y lo sabes, luego solo recordaré esa última charla que tuvimos,  y sabes una cosa.
-¿Qué?
-Fue la charla más sincera e idiota que tuvimos, fue una ironía absurda sobre los bultitos que nos unían.


























Ajuste de letras.










-Como he dicho antes de la interrupción de nuestro amigo Condarte voy a hablar de los comportamientos políticos._la nueva interrupción le devolvió instantáneamente la furia que desea destrozar al aula entera. -Dime Condarte, ¿qué vas a decir ahora?
-Profesor, ¿no le parece inútil hablar de política mientras vivimos así?
-Mira Condarte, primero, por respeto, debes levantar la mano antes de hablar, ¡no puedes interrumpir a un profesor porque se te ocurre algo!, ¿está bien?, ¿lo comprendes?, tus compañeros intentan concentrarse en lo que digo, bueno, en lo que pretendo decir._los rostros contenidos de sus compañeros elevaban la tensión, la energía se disparaba por los nervios.
-Sí, comprendo, lo que no me entra en la cabeza, es tener paciencia cuando usted elige de qué hablar sin escucharnos un minuto.
-¿Dónde crees que estás, Condarte?, sin la política, no tendrías la comodidad de tu banco, ni los libros con los que estudias, ni la ropa que llevas, y mucho menos el mp3 o el ordenador para chatear como un idiota con tus amigos, que tienes a un metro de distancia. Es cierto, no va bien, nuestro modelo económico político y social no funciona del todo bien, pero todo es solucionable desde la vía de la democracia. ¿Queda claro?
-Eso es lo que quiere meternos en la cabeza, con todos esos programas que nos obligan a memorizar. 
-¡Vete!, vete a dar una vuelta al patio descubierto, no voy a tolerar que me detengas más tiempo con tus problemas de identidad, aquí vienes a ceñiste a las reglas. ¡Y las reglas de éste aula las pongo yo!, vete por favor o me obligas a tomar sanciones disciplinarias.
-¡No me amenace!_ coge de su mochila verde agua el mango de una pistola oxidada.
-¿¡Qué haces Condarte!?, baja eso, ¡bájalo ya!
-¿Ahora quién escucha a quién?, ¿no ven que este monigote nos hace pensar como quiere?, nos usan como forros y nos tiran a las calles a buscarnos la vida. ¡Te voy a agujerear!, ¡a mi nadie me dice qué tengo que hacer!
-¡Bájala, Condarte!, tranquilo niño, podemos hablar, no cometas un acto que pueda arruinarte la vida, no conoces el tamaño de las consecuencias que se avecinan, no lo hagas, piensa, piensa Condarte.
-¡Eso hago!, pienso, pienso, pienso, ¡eso hago!, no me vas a lavar la cabeza, viejo de mierda, ¿¡por qué hace esto!?, ¿se olvidó lo que soñaba cuando era niño?, esto es una mierda, es un hipócrita, enseña lo que nunca haría, yo he leído un blog suyo buscando en Internet, leí los manifiestos que escribió con Bedeaga, Martínez y Fisher. ¿Se olvidó de las armas?, de dejar de utilizar la cobardía del pensamiento escrito._los alumnos giraron a mirar a su compañero, en sus rostros se desdibujaron los rastros de temor a cambio por otros de asombro e incredulidad.-¡Es verdad!, pongan Bedeaga, Martínez sin acento y Fisher, con s y h, lean, yo no voy a dejar de apuntarle a este mentiroso de mierda.
-¿Qué dices Condarte?, ¡esas son calumnias, seguro lo ha inventado!, ¡les ordeno que no utilicen los ordenadores o tendrá consecuencias para todos por igual!, los expulsaré, dejen de hacerlo, esa malditas teclas, ¡basta!
-Si vuelve a gritarnos voy a disparar profesor.
-¡No lo hagas!, por favor, no sigan, basta..._ un joven de la cuarta fila y tercer banco junto a la ventana levanta la mano en silencio respetando la tranquilidad imperante y el dominio indiscutible del alumno Condarte.
-¿Qué has visto?, lee en voz alta por favor._ el joven comienza una lectura que durará al menos unos veinte minutos con interrupciones desesperadas del profesor, al llegar al punto del brazo armado y de las ejecuciones por listas, éste lo detiene admitiéndolo todo.
-Hemos cambiado las posturas profesor, es usted quien nos interrumpe, ¿ven?, esto es lo que aprendemos día a día... ¡nos miente!, pero su pasado sigue allí, ¿cree que mi arma es real, profesor?, es de juguete, tome..._ caminó lentamente saboreando la victoria, el alumno apoyó el arma de plástico sobre el escritorio y marchó con su mochila verde agua sin mirar atrás, el día se presentaba radiante, exhaló el aire, estiró los brazos, soltó los libros y pensó en leer el ejemplar impreso del manifiesto olvidado en el tronco seco junto al río escuchando su banda de rock favorita, por primera vez después de tantos años de pérdidas familiares comprendía su lugar en el mundo.  









La suma de dos partes.












La sala estaba vacía, eran las seis de la tarde, por las ventanas entraban sin permiso los voces de quienes buscaban comprar, tomar copas o simplemente caminar para relajar los músculos. Alejandro dio unas vueltas en la cocina, abrió el microondas, sacó la taza caliente, la manija le quemó al instante y la dejó caer sin pensarlo, ¿para qué pensar cuando algo quema en las manos?, rió por los nervios de quemarse los dedos de los pies durante dos minutos, tras ponerse pasta dental se relajó en el sofá, encendió la enorme caja de plástico idiota, pulsó el botón rojo una y otra vez encendiéndola y apagándola, miró la consola pero no le apetecía jugar, perder el tiempo era de idiotas, caminar como el resto tampoco tenía sentido, y mirar alguna película comprometida era poner el dedo sobre la herida. La soledad cada día le parecía un saco más sobre el cuello, poco podía hablar y el idioma no ayudaba, estaba en el centro de Londres, solo, aburrido en la Meca del entretenimiento y no sabía qué hacer con su tiempo libre. Dio unas vueltas en el sofá buscando una posición para dormir, babeó, pero por unos minutos, entre imágenes vagas se sintió arrasado por el tiempo, el dinero y sus deseos confundidos. Abrió un ojo buscando la complicidad de la realidad para sentirse vivo, le dolía la cabeza de dormir mucho y mal, en uno de esos instantes sin pensamientos ni acciones inmediatas encontró el teléfono a medio metro de distancia, estiró como pudo el brazo derecho y miró durante otros noventa segundos las teclas de aquél aparato revolucionario, lo giró buscando cables, similar a un homínido en el bosque, cuando llegaron los pensamientos entendió porqué tenía aquél bienaventurado éxito tecnológico. Tras escuchar detenidamente la voz robótica de la tarjeta telefónica y pulsar los números del PIN pulsó uno tras otro los números del país receptor, el tono era diferente, mientras oía atentamente se dispuso a oler su sobaco, mirar sus uñas y jugar con los dedos de sus pies, algo recuperados, con la tela rugosa del sofá azul.

-¿Hola?
-¿Max?, ¿me escuchás?
-Sí, escucho bien, ¿quién es?
-Soy yo boludo, ¿no me reconocés?
-Hay muchos que me llaman boludo, no, no te reconozco "boludo", decime quién sos.
-¡Soy Alejandro!, tu mejor amigo.
-¡Tarado!, ¡qué boludo!, tenés el tono distinto, ¿te cambiaron la voz los ingleses?, ¡no te dejes dominar que te conquistan los putos piratas!
-No, tranquilo, estoy un poco congestionado, hace frío y está lloviendo un poco, no sé, estaba aburrido y quería saber cómo estabas.
-¡Gracias por llamarme!, sabés que desde acá es imposible, está muy jodido todo y estoy a mil por hora, no me mandás mail desde hace un mes, ¿estás bien?
-Yo qué sé,  supongo que sí, esto no es lo que pensaba, estoy en crisis mi amigo, pero pasará, supongo.
-No me preocupes, estoy metido en muchas cosas, sino ya me iría para allá, de verdad.
-¡No voy a hacer ninguna estupidez!, serenate, es que acá va todo muy rápido, es muy chico, pero muy controlado. No sé, quería retratarla pero me parece imposible, estoy bloqueado y no dejo de preguntarme porqué mierda hago esto.
-Estabas muy seguro cuando te fuiste.
-Estaba ciego por triunfar, pero ya no es exactamente el triunfo sobre nada lo que me motiva, no hay explicación para esta vida, Max, navegamos en una barca acuática/terrestre a la deriva, ¿no lo sentís raro?, nacimos en este barco y no sabemos qué mierda sucede allí fuera. Me vuelve loco, escribo como un marrano, como un autómata, como una herramienta, de esas que aborrezco, critico y no quiero ni tocar. ¿Ves normal tanta búsqueda?
-Me estás poniendo mal, dame un minuto que cierro un tema.
-Bueno._ el techo representaba un arista de su encierro doméstico, la gente seguía haciendo sus compras especulativas, sus dedos seguían quemados, al recordarlos los cobijó entre almohadones y siguió frotándolos, suspiró, tosió de nervios, aspiró intentando controlar su ritmo cardíaco, llevaba unos días de hipocondría insoportable, al sonar su estómago recordó que no había metido bocado desde la mañana. En la cocina sorteó el agua desparramada, al pensar en coger algo de la nevera pensó en el accidente de un vecino muerto electrocutado por abrir la nevera descalzo y mojado. Con sus chanclas puestas se acercó a un paquete de leche derramado junto a la mantequilla vencida y la botella de zumo de piña que llevaba al menos dos meses abierta. Un sonido raro lo enamoró instantáneamente, buscó detrás de las naranjas y seguía allí, al mirar el teléfono se percató de lo que era, su amigo estaba gritando desesperado.-Perdoname, ¡estoy bien!, estoy bien, estaba buscando algo para comer, no seas paranoico.
-¡Qué susto, pelotudo!, avisá antes de tenerme en la línea cinco minutos sin hablar, por Dios, que mal lo pasé la puta madre que los parió, me estaban mirando todos, bueno, ¿en qué estábamos?
-Te pregunté si veías normal tanta búsqueda artística.
-Sí, sí.
-¿Sabés una cosa?, dejalo, no pasa nada, era más de lo mismo.
-No, pará un poco, era una cosa que tenía que hacer, ahora tengo tiempo, no seas boludo, relajate y sigamos.
-Bueno, ¡eso!
-Ah, perdoname, sí, sos un tipo fuera de serie, significa que no estás en la línea de montaje, sos distinto, te diferenciás sobre el resto, lo sabés.
-¡No seas ridículo!_ se sentó en la silla de la cocina mirando el agua fría.-no quiero eso, me entendés a lo que me refiero, hablo de que si es tan importante querer decir algo que no va a cambiar nada.
-Eso es más ridículo que intentar cambiarlo.
-¡Qué listo sos!, y ese estímulo de querer intentarlo es muy capitalista.
-Haber Alejandro, todo es capitalista, vivís en la cuna del problema, podés hacer algo, pero con lo que hacés.
-Es una mierda, estoy podrido, el mundo está sumido en una agonía increíble, la información lo es todo, estoy realmente cansado. Me dan ganas de comprarme un arma y darle a Blair una buena...
-Callate, ¡para eso es mejor tirarle a la reina!
-¿Ves?, hay tanta gente que aniquilar que sería imposible, nos darían caza como terroristas y después nada... la cárcel, la muerte, tortura... en fin.
-Pero la gente está incómoda pero tampoco es para tanto, aceptan que la gente se muera de hambre, les da igual a miles de millones lo que les pasa a sus vecinos, dejá de pensar tanto.
-¡Qué fácil!, eso es tan simple, mirá mejor lo dejamos, estoy realmente cansado, no sé ni qué mierda hacer con mi vida personal, deberíamos separarnos de niños en dos, el artista y la persona. La dualidad es terriblemente dura, esa fisura me jode tanto.
-Ale, perdoname pero me llaman, ¿me llamás otro día más tranquilo?, ni se te ocurra hacer nada, si estás así, volvé  y punto, no te vuelvas loco con nada, acá estamos nosotros para darte lo que necesitas, y al mundo que lo sigan jodiendo, nos queda de vida como mucho otros cincuenta años. Chau mi amigo._ no contestó al colgar, prefirió obviar un saludo, estaba realmente sumido en una tristeza profunda, la gente continuaba consumiendo, los sonidos seguían siendo los mismos, el agua en la cocina continuaba esparcida en el suelo, la taza vacía esperaba ser rellenada, la miró estupefacto comprendiendo que el aire en esa vasija primigenia contenía quizás las respuestas. Cerró la puerta del microondas, pulsó dos minutos y medio para calentar su bebida, suspiró, aparecieron sus manos de pequeño, sintió el sol en la espalda calentarlo como un horno gigante. Abrió el microondas, cogió un guante de tela, le sumó leche y un saco de té negro, cogió el azúcar y se sentó en el sofá, encendió la televisión y cerró los ojos bebiendo el té sin azúcar.   






Los seis grados de Julián.










-Seguimos cayendo en la misma encrucijada, debe modificarse algo._las plantas reunían los sonidos junto al viento, era relajante para Julián pero perturbante para Pablo.
-Tenemos que atacar, reunirnos, no quedarnos de brazos cruzados, llenos de pajas mentales que no nos llevan a ningún sitio, ¡de eso está plagado, Pablo!_el café se había enfriado, al dar un sorbo su rostro de arrugó al completo, su estómago rugió molesto.
-Ya lo sé, no te dije nada, pero algo sí se me ha ocurrido, es posible que te parezca una tontería, pero fue una idea válida en mi fantasía._acomodó su cuerpo en la silla, suspiró, temeroso dudó y al final, entre lamentos mentales, se animó a soltar sus palabras.-Es simple, en la historia, encontramos guerras para la conquista, el método del imperialismo fue básicamente el mismo, con sus variaciones abismales pero a simple vista similares. Las armas cumplieron un rol fundamental, hasta este mismo momento, pero creo que tenemos un monstruo dormido que no miramos a los ojos, Julián._una sirena se apaga en la multitud de luces, se incorpora a la normalidad de su andar mientras continúa relajándose.-¿No lo ves, verdad?, la tecnología es la herramienta de dominio, primero fue el hambre, el achaque a la moral, las restricciones, el exilio, las vejaciones, torturas y quién sabe que más mierda. Luego como un asesino al matar a su segunda víctima, se perfeccionaron, las tres o seis familias que controlan el dinero comprobaron que a sus sirvientes hay que darles de comer bien, dejarlos relajarse mediante el ocio, consumiendo lo que ellos mismos fabricaban, así nacimos nosotros y otros millones, envueltos en el consumismo desenfrenado con música funcional. Ahora tras un período de falsa revolución tecnológica nos hicieron adictos a los ordenadores, luego a comunicarnos tras ellos y sus cientos de artilugios hasta que nos obligaron suavemente a mostrarlo todo de nuestras vidas íntimas, desde lo que pensamos hasta lo que producimos. ¡Somos mierda para ellos!, ¿no lo ves?, tenemos que hacer algo Pablo, ¡pero ya!, tú has escrito un manifiesto perfecto, que no se ajusta a ninguna ideología, que tienes retazos de todas, puede funcionar, mi plan es simple, directo y perfecto por donde lo mires. Bajo la teoría de los seis grados vamos a reclutar voluntarios, activistas virtuales, con ellos y sus pequeñas células estableceremos la red de activistas a nivel global, luego se plantea con seguridad la acción y el resto es ver cómo no pueden contra nosotros._continuó caminando en círculos, algo dubitativo, cabizbajo pero con la seguridad interior intacta, sabía que tenían la energía y el tiempo para llevarlo a cabo.
-Pero no te explicas, no eres claro Julián, dime, ¡habla!_ Pablo se levantó bruscamente elevado por la intriga y emoción del discurso escondido de su amigo. Las plantas se agitaron revueltas de energía, la noche escupía sus sonidos sin reparos de sueños cortados.
-Hablo de abrir cuentas falsas, cada uno de nosotros tendrá todos los soportes falsos para divulgar, estaremos dormidos durante unos meses hasta tener la voz bien alta entre los internautas, una vez dictada la primer acción no podrán evitarlo.
-¿Qué piensas hacer?, ahora las quedadas son más bien para follar o beber en plazas públicas, esas generaciones apolíticas son insultantes Julián, no quiero desilusionarte pero...
-¡Nada!, míralos como se mueven, ¿no parecen glóbulos en la sangre de un cuerpo?, ese cuerpo tiene un nombre, el imperio nos ha hecho idiotas, vivimos para ellos, y es por esa generación nuestros sudores de constante estrés. ¿Lo entiendes?, en unos meses enviaremos a nuestros activistas las bases de nuestra ideología, serán de todos los bandos existentes, todos quieren gritar por algo.
-No todos pueden apoyarse.
-¡Pues utilizaremos la ceguera virtual para que luchen juntos!, sin importar la creencia política o religiosa, utilizaremos el esperanto como vía de comunicación, es simple, y todos pueden comprenderlo, luego la primer acción será denunciar al mundo lo que hacen diariamente y no queremos ver. ¡No aceptamos lo que nos sucede, como no verbalizamos cuando tenemos un drogadicto en casa!, nuestra puta naturaleza moral nos ha hecho añicos. Luego atacaremos con cada una de las plataformas, piratearemos todos los sites gubernamentales, quiero que destruyamos la economía, la especulación va a terminar, fundamentaremos como primer medida la detención de la producción mundial, juntos lo haremos posible._ la sirena de la policía se juntaba con otras de unos bomberos, la columna de humo acercó el olor a quemado hasta la terraza, entraron rápidamente en la sala, respiraron y rescribieron el manifiesto, el terrorismo había mutado sus formas, por primera vez en décadas se había gestado un ataque sin violencia que llevaría a las masas a comprender la verdadera situación global.




El motivo.










Confiese y esto termina bien rápido!, lo saben su mujer y el resto de la familia Zouza, tenemos las pruebas analizadas, el adn corresponde al suyo en su totalidad. Tenemos la colilla del cigarrillo, el cabello, está hasta el cuello, si nos dice dónde ha puesto el resto de cuerpos reduciremos las penas._Bilbao había amanecido repleta de lluvia, la ría crecía lentamente, la gente se agolpaba sin motivos en el puente del arenal junto al teatro.
-No es tan simple, la suma de las partes es la totalidad, pero sin ellas no hay nada, no tienen pruebas, lo sé, primero verifique quienes son de fiar en su departamento y quienes no, voy tres calles adelante y tengo nueve escapes, lo siento pero conmigo no funciona así de simple. Llame a mis abogados o lo demandaré._ intentó decir algo mientras aspiraba el aire con humo de su cigarrillo.
-¡Hazlo!_ exclamó señalando con un gesto al oficial que estaba junto a la puerta.-No te saldrás con la tuya, no voy a negar lo evidente, pero ten algo por seguro, ni hoy, mañana o pasado estarás en mi prisión, pero llegarás, todos cometemos errores, ya lo has cometido, buscaré, y cuando llegue, intenta estar en Alaska y protegido porque nadie podrá salvarte. ¡Suéltalo!, me da igual, ¿qué miras?, ¡anda, suéltalo!, novatos de mierda, ¡vete!
-Yo tengo más información... vigila a Iratxe._ salió por la puerta rápidamente y se esfumó entre los oficiales.
-¡Serás cabrón!, ¿¡me amenazas!?, ¡iré a por ti Beñat!, iré a por ti maldito hijo de...
-Tranquilo jefe, lo tenemos marcado, no podrá siquiera pestañear sin que lo sepamos.
-¿Qué coño sabes?, ¡cállate, anda!, me cago en Dios, qué puta manía tienen de intentar ser positivos, ese cabrón ya está fuera de nuestro alcance, lo peor es que los cuerpos no aparecen y la prense me tiene hasta los huevos.
-Son los de siempre jefe.
-¡Tráeme un café, quieres!, dile a Beitia que prepare dos móviles, tengo una corazonada._cerró la carpeta, se puso el abrigo, tiró el cigarrillo a medio terminar a la basura y este comenzó a soltar humo. 

La lluvia no hacía más que cebarse con la ciudad, algunas zonas comenzaban a mostrar síntomas graves de la situación, en los medios se hablaba de una posible inundación en las encartaciones.

En el bar.

-Ponme un cortado, ¿tienes lo que te he pedido?
-Sí, dame un minuto que tengo al encargado tocándome las pelotas desde la mañana, marcha en unos minutos.
-No es mi mejor día, tengo prisa.
-Ya, perdona pero no puedo meter la mano en ese sitio, puede desconfiar y a este si se le mete algo en la cabeza no para, tengo que cuidar el curro, tío.
-Vale, me cago en Dios, hoy tienen que joderme todos, es que... es que...
-¿Qué ha pasado Jon?
-Se me ha escapado un tío  de los chungos, me ha amenazado, no sé que mierda hacer, vamos ponme el puto cortado.
-Aquí tienes, luego voy a por ello.
-Aquí estaré._ al tercer sorbo entró uno de los ayudantes.
-Hola Jon, ¿qué?, vaya jarreo que hay allí fuera.
-Ni que lo digas Ángel.
-¡Vaya careto llevas!
-¡Y tú, no te jode!_ la gente comenzó a agolparse en el bar, algunos gritos se multiplicaron mientras la puerta se abría y cerraba.-Pero qué coño...
-Está muy chungo Jon, si tienes que ir para el puerto deportivo, vete ahora, se viene una gorda, hazme caso._suena un teléfono móvil.
-Sí tendré que marchar ahora... espera, dame un minuto... ¿sí, diga?, ¿qué?, ¿¡cómo!?, ¿qué me dices?, te has equivocado, toma Ángel, no entiendo lo que dice tío._ Jon se arrodilla desesperado, gritando mientras su compañero oye lo que le dicen.
-¿A qué hora a sido?, vamos para allí..._colgó y se acercó a su amigo.-Lo lamento Jon, no puedo quedarme contigo, voy a ver todo lo que ha pasado, tú te metes en la oficina y no sales, ¿me oyes?, voy a alertar a todo el equipo, déjame que yo haré el trabajo, esto es muy duro para ti.
-Mi mujer... Iratxe, ese hijo de... voy a...
-¡Calla, Jon!, no digas tonterías, marcho mi amigo, haré todo lo posible, todo lo que sepas tienes que transmitirlo y seguir el protocolo, mientras más rápido sueltes todo más posibilidades tendremos. ¿Me oyes, Jon?, y coge tus cosas que aquí el agua va a arrasarlo todo._ el nivel de la ría rayaba el borde, el poder de la corriente brotaba contra el ayuntamiento en forma de olas, el tranvía  se detuvo antes de cruzar el puente, el agua dejaba de ser algo divertido para transformarse en una amenaza mortal para Bilbao. Jon rompió ahogado en furia cristales y mesas, durante un cuarto de hora sus compañeros y amigos lo intentaron contener pero en un descuido se escapó decidido a dar caza a Beñat.
  














La clemencia de Bryson.










-No voy a cuestionar tu autoridad, pero debes callar tus voces que gobiernan allí dentro._su dedo presionaba con la actitud sospechosa de una amenaza.
-Es hablar por hablar, mientras en estos momentos el mundo escribe las sentencias históricas tú te ocupas de un simple activista._quitó las gotas de su piel, su saliva había dejado un rastro líquido de sus palabras.
-Debes entrar en razón  Wes, no es momento para limpiar tus actitudes con sonrisas  encarpetadas en un altillo impenetrable, ¡habla maldito!, ¿activista?, ¿ese es el nombre de la nueva inteligencia militar?_golpeó con la energía de un caballo su ojo derecho, la sangre se imprimió en su chaqueta.
-Soy un activista por obligación, la OMC, OMS y el resto de empresas liberales están volviendo a nuestra sociedad insana, infernal._su boca se detuvo mientras Wes pretendía continuar.
-Wes, vienes a nosotros por alguna razón más profunda, ¡no cambiarás el destino de las economías del mundo eliminando la superficie de lunar, detrás hay mucho interés dispuesto a limpiar sin mancharse las manos. Por última vez, ¿qué has hecho?, ¿dónde piensan atacar?, tenemos muchos frentes abiertos, morirán civiles Wes, ¡morirán por ti!_ dio una señal para que sus dos compañeros se retiraran de la habitación del hotel.-Puedes decírmelo._se arrodilló para encomendarse a su Dios mientras esperaba la respuesta.
-Te conozco Dietrich, vas a matarme en dos minutos, puedo contar tus pulsaciones, explicarte las vibraciones y el calor que emana tu cuerpo, el miedo que sientes ante el futuro, puedo incluso decirte que tus dos hijas anoche te dieron un regalo, ¿lo recuerdas?, estás implicado mi amigo, eres de los nuestros._sus ojos buscaron los de Wes, el estupor lo envolvió en una nube de cuerpos sin terminaciones nerviosas, el edificio completo posaba sobre su espalda.
-¿¡Qué has hecho!?_ saltó sin medir las consecuencias hacia la silla en donde reposaba Wes maniatado y ensangrentado por los golpes anteriores.
-Ya no tienes nada que hacer, tus hijas te dieron la clave, ¿crees vivir en la burbuja que te aísla en las próximas décadas?, el futuro ha cambiado Dietrich. Si me tocas una vez más, desearás la muerte antes que a tus hijas. Escúchame, no eres nuestro objetivo, ni siquiera el presidente, ni los tres que tiene detrás en estos momentos.
-Morirás, ¿no lo ves?, luchas por algo que está perdido, el anarquismo es teoría desclasificada, no hay nada que puedas hacer en contra de los intereses globales.
-Qué equivocado estás Dietrich, el núcleo está a punto de resquebrajarse por completo, el dinero electrónico no servirá en unos minutos, el apagón tecnológico será en un cuarto de hora, querrás morir si no me ayudas, es solo el principio. Seguirán las listas de poder, los buques factoría que creen tener a salvo con los servidores dinámicos ya están tomados desde hace al menos dos años, nuestros tentáculos son algo más pretenciosos. Diles que todo sigue bien, ordena la inspección en las habitaciones 46, 245 y 357. 
-Son mis hombres.
-Tus hijas pesan más en la balanza de tu justicia, ¿verdad, Dietrich?_ abrió la puerta y les ordenó requisar todo objeto relacionado a la investigación.
-¿Qué quieres?, mis hijas están protegidas desde hace tiempo, si ahora te corto esa puta lengua nadie hará nada, ¿qué dices, Wes?
-Que eres un pobre hombre Dietrich, tu familia ya es nuestra a menos que no hagas lo que diga.
-Mis hijas..._ miró su teléfono móvil.
-No lo intentes, si llamas mueren, tienes el regalo en tu bolsillo derecho, ya tienen controlado el corredor, suéltame y baja a la habitación 46, diles que sigo aquí, yo seguiré, me verás, pero ya no estaré, ahora graba en tu mente esta secuencia numérica... 73, 22, 84 te darán las instrucciones, no dudes, no te comuniques, no hará falta que pienses en las consecuencias, si lo haces bien, serás parte del nuevo comienzo.
-Con violencia deja de ser lícito.
-Eso mismo digo mi amigo, solo es la violencia natural... ¡suéltame!_ crujió sus dedos, frotó sus manos y se cacheteó a si mismo, bostezó y con una señal obligó a Dietrich retirarse. Mientras avanzaba, las luces se apagaron.








El color del fin.








-La ataron, le extirparon el pensamiento mientras las ovejas caían  de a miles, tienen las garras afiladas._sus ojos cayeron al razonar sobre lo sucedido.
-Es un pelotuda._dijo Alfonso con su acento bien marcado y cierta soltura.
-No hay pelotudos cuando la vida está en juego, ¿qué esperabas?_le contagió la pérdida.
-Perdoname, no merecía morir._desciende de la cima de su estupor para comprender a su amiga.
-Ahora la cuestión es qué vamos a hacer, tenemos cinco horas antes de que aparezca en los medios la filtración._la perturbación de solo pensarlo la llevó toser, el dolor en el pecho la obligó a encorvarse durante unos minutos.
-Mirá Natalia, tenemos plata para escaparnos, yo no quiero caer en las garras de esos hijos de puta, me van a procesar por delitos que no fueron míos, voy dos pasos adelante, nos vamos en coche ahora mismo y nos olvidamos, empezamos de nuevo.
-¿Qué?, ¿empezar de nuevo?, tú estás loco de remate, ¡quieren exactamente eso!, su voz se apagó y nadie va a hacer nada, al menos nos tiene a nosotros, somos su último grito, Alfonso._ una mujer pasó a escasos metros, están sentados en un parque público.
-¡Esa gente no quiere gritos!, odia la verdad, la repele con el ocio, tienes esa idea de fingir ser un mártir, ¿para quién?, caeremos en sus garras, Natalia, mirame, ¡mirame a los ojos!, ¿ves que te miento?, no tengo dudas que nos enfrentamos a la muerte.
-Esto es una democracia Alfonso, no temas, no es la Argentina que dejaste.
-Es mucho peor Natalia, no tenés ni la más remota idea de lo que crees saber, no hay ciencias que estén detrás de esto, el poder es uno de los peores males, luchar contra la enfermedad sin medicamentos es una condena que no mereces, tu pasado debe reivindicarse, nadie va a alentarte a seguir, nos quedamos solos, ¡muy solos!, los tiempos de revoluciones terminaron, el control no tiene límites, Natalia, mirame a los ojos, ¡carajo!, mirame te digo.
-Tranquilízate, no grites, ¡no grites que estoy muy nerviosa!, lo dejé todo, le prometí a mi padre que lo haría por él, ahora míranos a lo que hemos llegado, frustraremos las otras intervenciones.
-¡Es una auténtica locura!, el resto va a morir en unas horas, el mundo ya está hablando de nuestro intento golpista, van a torcer a nuestros seguidores, ¡perdimos Natalia!, es ahora o nunca.
-No puedes hacerme esto, no, no y no._ arrancó algunos pelos de la furia desmedida.
-Ya no somos lo que pensábamos que éramos, morirán más sino no tomamos medidas, hay gente que lo dejó todo por la causa.
-¿Y yo?, mi padre lloró al saberme de su lado, su última lágrima fue de agradecimiento, reivindicar el pasado es eso, ¿qué hago con la pena al escapar?, no hay playa, cuidad o bosque que me aleje del tormento, vete Alfonso, lo haré sola.
-No, no lo vas a hacer.
-¡Vete!, tú no sabes lo que es el compromiso, cerrará los ojos, lo juro, algunos lograremos el éxito, aunque mueran dos de ellos.
-No hacemos nada, podemos arreglarlo, retomar las órdenes y analizar, desaparecer pero por un tiempo nada más, así recobraríamos fuerzas, desmantelar...
-Nos ha llevado años Alfonso, voy a descabezar a las dos familias, es ahora o nunca.
-Pero... Natalia, sin mi no podés.
-Entonces vienes conmigo._abrió una cápsula con un líquido transparente y mojó sus dedos.
-¿Me estás amenazando?
-Si te toco mueres, no quiero provocar una agonía innecesaria.
-Natalia...
-Vamos, sé que quieres, es temor, ¿y si todos lo logran?, difundirán mentiras, los medios dicen la verdad cuando anuncian la hora y el día, el resto es pura mierda... si mueren los gobiernos comenzarán a agrietarse y los golpes serán certeros, es la única vía, somos el instrumento Alfonso.
-No quiero...
-¿Morir?, deja ya eso, haremos historia, tu honor y el mío serán recordados, nadie sabrá de nuestras dudas, pero yo no las tenemos, ¿verdad mi amigo?
-No.
-Dame un beso._la tarde radiaba luz como pocas, el parque estaba próximo al cementerio en donde las dos familias más influyentes despedían los restos mortales de un soldado. El reloj marcó el minuto inicial, la misión encomendada era comenzar el nuevo orden. Los hilos al fin comenzaron a cortarse, el sacrificio fue... sus ojos se cerraron al tocar con sus dedos a Alfonso, los gritos y disparos fueron los fuegos de artificio que tanto se habían prometido el uno al otro frente a la tranquilidad de una playa desierta... la muerte supo vestirse de amarillo.











Los cien nombres del dictador.








-Te odio, no te soporto, ¿por qué me miras así?, ¿soy peor que ella?, ¿eh?, mírame a los ojos, se te caen hacia abajo, mientes y lo haces sin descaro, ¿quién te ha enseñado a ser así?, has cambiado tanto.
-He cambiado, me han reformado, la compañía tiene recursos increíbles, me han devuelto la vida, ahora creo en lo que me propongo, el presidente nos regaló ésta tarjeta, es para ti, así puedes procesar mi cambio, mis modificaciones.
-¿Qué dices?, ¡tres años fuera y llegas como si nada hubiese pasado!, ¿estás drogado Caleb?, hueles muy raro.
-La compañía nos ha provisto de un hogar para nuestra familia, ¿no es eso un motivo para alegrarte y creer en nuestra nación?
-¿Caleb?, ¿eres tú?, ¡vete de aquí, quien seas!, tú no eres mi Caleb, ¿qué te han hecho?, yo creía que...
-Nunca hubiese imaginado escapar con otra mujer, ¿han llegado los envíos de dinero?, las remesas eran mi fuente de inspiración para continuar, he sufrido hasta que he dejado de sentir. La compañía nos pidió expreso cuidado con la nueva información, estuvimos cautivos, creímos que era lo mejor para el país... tu rostro estuvo en cada una de la operaciones, eres... has cambiado.
-¿Yo he cambiado?, ¿¡yo he cambiado!?, ¡vete!
-No puedo, debo protegerte, pronto surgirán brotes de una revolución tardía, Claire, estoy aquí y no me iré, te amo princesa.
-¡No soy tu princesa!, ¡llamaré a la policía, seas quien seas!, vendrán por ti y te encerrarán, Caleb ha muerto, lo siento, te pareces pero no eres... la remesa era mi pensión, me han quitado mi dinero, no me quedan fuerzas...
-¿Dónde está Aaron?, huelo su perfume, su piel.
-¡Deja mi niño en paz!, ¡es mi hijo!, nadie va a tocarlo.
-Debemos bajar, pronto comenzarán las redadas, me informan que el capitolio ha sido tomado, el mensaje está a punto de surgir, hay un bando solo Claire, créeme querrás que te proteja. Dame tu mano princesa, te he echado de menos.
-Pero...
-Calla, camina, ven aquí pequeño, soy yo, mírate la cara, ¿quién te ha hecho esto?
-El amigo de...
-¡Aaron, no es tu padre, calla!
-¡Calla tú y baja en silencio o jurarás no haber nacido!, ¿esto has permitido en mi hogar?
-Pero... tú, ¡no eres Caleb!, algo ha pasado, oh Señor, encomiendas una tarea a quien no tiene brazos, me haces sufrir Señor.

Las sirenas rompen la quietud del barrio, los alaridos se extienden como hojas en otoño, el sonido de la señal del televisor se repone, la voz del primer presidente global prueba el micrófono. El mundo se estremece, los mercados financieros se paralizan, las bocas se abren en todas las oficinas del mundo, los corazones de los países entran en paro, Caleb mira al presidente, sonríe y cierra la puerta verde, no hay simulacros, no hay bombas atómicas, no hay virus, ni masacres, tampoco especies revolucionadas. Claire llora entre las cajas vacías, Aaron posa sus manos sobre las de su padre, hablan muy bajo, el minuto cero ha comenzado, Caleb recibe las instrucciones.










Minuto cero.









-"El pacto se ha cerrado, cuentan con nuevas armas... enriquecen el Uranio..."_ la televisión suelta sus brillos acaudalados y el teatro no hace más que comenzar, mi mujer me mira.
-¿Qué pasa Lori?_ está suspendida en un pensamiento, una foto o una palabra invisible pero comprensible.
-Nada, ¿por?, ¡baja la voz por favor que no me deja concentrarme!_tiembla.
-Lo haces otra vez, ¿buscas tu lugar?, no sigas, ¡no sigas Lori que van a encontrarnos!
-Déjame, es solo un minuto más, y marchamos o otro hotel.
-Te empeñas una y otra vez en buscarla, ¡ha muerto!, y si sigues moriremos nosotros, tengo dos papeles que nos llevarán lejos de aquí, es hora de modificar el futuro, los hilos se tensan y podemos modificarlos, ¡enamórate de una idea al menos!_ cierra los ojos, cree tenerla cerca.
-No voy a detenerme, tengo que matarlo, no hay otro camino.
-Somos nosotros o ellos, ¡Lori, mírame!, somos nosotros o ellos.
-Escapar transforma el futuro en un desierto sin agua, sígueme, es la última vez.
-Lori, no me hagas esto, quiero disfrutar del dinero, nos pertenece, es nuestro momento, la oportunidad, si eliges mal eso se perderá para siempre, luchamos por la paz y ahora míranos.
-Gabriel, no hay futuro, lo he visto, moriremos en dos días, podemos recuperarla, es fuerte, la protegen con un campo electromagnético, tú puedes olerla.
-La guerra se ha desatado, los líderes del uno están desplegando sus tentáculos por el globo, nos queda nuestra ciudad inicial, nuestro refugio, prefiero huir el resto de mi existencia a volver en contra de lo imposible. Lori, recapacita, sobrevaloras el amor, huelo el peligro, eso es lo que me llega, tenemos seis minutos, la resistencia no nos dará otra oportunidad.
-¡Vete, con el dinero!, ¡vete!, te buscaré, juro que lo haré.
-No, Lori, no digas eso, por favor, reacciona, nuestro amor, ¿qué pasa con nosotros?, no me hagas esto, dime que no me dejarás allí solo, puedo marchitarme de dolor.
-Podrás olerme, ten paciencia Gabriel, el mundo merece el indulto, tenemos una década para lograrlo el resto del tiempo es pérdida, créeme, estos minutos, aquí, serán mi refugio mental, ¡vete!
-Dos minutos Lori, ven conmigo, tenemos todo, no me hagas esto.
-Adiós Gabriel.



El beso.










-¿Te ha gustado?_ el bar habla solo ante la calle, su música mezclada entre las voces vinoandantes lo refleja hacia la calle como un sitio divertido en medio de la callada noche.
-No me gustan los diálogos secos, sin brillo, de hojalata, no han reflejado el amor como es, no han dado ese matiz de la vida que nos permite respirar._él la mira, ella se esconde tras un copón repleto de refresco con alcohol disimulado.
-Hablas como si supieras qué es el amor._deja un silencio para ensordecerla de pensamientos.
-¿Y tú qué sabes?, me hago a mi misma cada día al levantarme, por momentos robaría tres bancos para sanar mis cuentas con los saldos, pero ya me ves, tranquila, sentada y hablando del amor.
-Veo que te gustan las poesías baratas, te sensibilizas con los diques narcisistas de unos pocos desgraciados con ganas de llamar la atención de las mujeres desesperadas.
-Creo que si esta noche tiene un desesperado, ese eres tú, mi querido._ las máquinas que limpian las aceras se alejan, dejan detrás un húmedo alivio a los pulmones repletos de humo.
-Te dejas pervertir por la idea de consumir hasta hartarte, te creí más contemplativa pero noto en tus miradas que te alejas más y más de mis precepto... una  vez más inútil... no entiendo porqué me empeño en encontrar un futuro planificado a la perfección, te hacía más dócil, menos sofisticada y mucho menos fantasma.
-¿Qué dices?
-Lo que oyes, tus modales son precarios, más bien inexistentes, ¿no puedes ver que toda esa gente es infeliz?, míralos, hazme un favor, ¡míralos!, ¿qué encuentras de placentero?, ¿ves algo?, no solo veo seres que ignoran, que nublan las vistas y el pensamiento para aliviar la pena capital de existir por el hecho mismo.
-No me va la filosofía de escritorio y ordenador de última generación.
-Antes no opinabas lo mismo, leías como una condenada a muerte cada una de mis palabras y las hacías leyes vitales, claramente no encontraré el amor.
-Tienes que leer de verdad, interesarte por la mujer, pero de verdad, el narcisista eres tú, capturas con tu misterio poético, eres patético como los seres que desprecias, tus colegas.
-No reniego de mi profesión, reniego de los que siguen una porción inútil de mi profesión.
-¿Quién te has creído?, hablas de verdades, mira cariño, tengo muy claro qué significa existir, no tengo complejos con mi status social, me lo he ganado, no me quejo por el hambre de Asia, India, Medio Oriente, me da igual lo que hagan en el tercer mundo, si manda una logia, una familia, si hay revoluciones o si se muere un Kennedy que parecen no terminar jamás.
-Gracias por la velada, ha sido un placer conocerte, al menos la película tuvo un momento.
-No te vayas.
-¿Por qué voy a quedarme?, no eres compatible conmigo, de nuestro presidente global solo tengo palabras de angustiosa tristeza, de nuestro sistema único guardo rencor por su historia, incluso de la mía, nací en medio del hambre, en la recesión del cincuenta, participé de las revueltas del setenta y seis, fundé un partido político... no tenemos nada de qué hablar, ni siquiera eres guapa, no me gusta cómo miras.
-Tu vacío es similar al mío, comprendes las deficiencias, lo has intentado, ¿modificar un comportamiento indemne?, eres igual de cruel, te vistes con el sudor ajeno, pagas con la misma moneda, te cortas el pelo, te duchas, bebes, eres un completo idiota, adiós. Ah, ¿te duele la cabeza?, es el primer síntoma, ya no puedes contestarme, ¿no?, mira si hay luz, querrás que exista aquél barrio comunista en el cielo, adiós.




Nixon y la cámara ingrávida.







-Mátalos, mañana quiero que estén durmiendo con Lincoln, ¿qué miras estúpido?, ¿es muy rápido?, diles que comiencen...
-Hace un año quizás era algo lógico, pero ¿ahora?, eran cuatro, podrían saberlo miles, no creo que sea posible, duerma, descanse, señor y por la mañana hablaremos del asunto.
-¡Los quiero muerto a todos!_ cayó contra la mesa derrotado, al instante fue asistido por su séquito de incompletos.
-Asegúrate que duerma bien, nada de tranquilizantes, está pasado... ¿qué voy a hacer?, ha perdido el norte, no tiene idea de lo que supone hacer lo que pide, no puede ser verdad. 

Fue así, aunque no lo sé, la memoria fragmenta tanto las leves impresiones que desconfío hasta de mi. Lo lamento, no puedo seguir hablando, el documental me parece fantástico pero la gente no oirá nada de lo que digan. No puedo seguir, he firmado una sentencia de muerte al venir aquí, no los demandaré pero haré algunas acusaciones en los periódicos, sino moriré antes de que publiquen el documental. Deben tener sumo cuidado.

En el estudio de la MGM.

-¿Hablas inglés o sigues pensando en Ucraniano?_baja del trípode gigante al terminar de acomodar el foco.
-¿Giro y salto?, me pesa mucho el traje, el arnés no está tirante._el director fuma sin cesar, está agotado aunque continúa racional, sabe que restan seis horas.
-¡Haz lo que quieras!, ¡canta una canción!, solo debes mantenerte en una línea, no puede pandear el movimiento se nota mucho, quieto, ¡quieto!, ¡ahora!, canta, me da igual... di cualquier sin sentido._ termina de hacer algunas fotos mientras piensa en lo duro que será el futuro.







La noche después del hundimiento.









-¿Qué me calme?, ¿qué me calme?, ¿eres tonto o qué?, ¡te callas y te pones de rodillas ahora mismo!, ¿no quieres?, entonces mueres en menos de dos minutos, tu eliges... dame la dirección de ese pedazo de escoria, ¿morirías por una logia de enfermos?_ la calle estaba desierta, dos pasos se oyeron de la otra esquina, un ladrido, algunos papeles y el sonido de la luz con su transformador.
-Tiene que entenderlo, queda un día, solo un día, si muero ahora es lo mismo, me perderé..._ el disparo en el ojo la calló instantáneamente.
-Me has cansado bola de cebo... ¡el que quiera un tiro en el cuello que baje!, ¡cobardes!, ¿no hay oficiales del orden que los proteja?, sigue siendo un pueblo de millones de ratas enjauladas, no tienen nada mejor que hacer esta noche que dilatarlo todo. ¡Cobardes!, nadie hará nada por nadie, huyan enfermos._ desde la ventana de un local cerrado se oía el zumbido de alguien llamar insistentemente.
-Señor... señor... venga aquí... hay algo que puede interesarle... señor._dijo susurrando acercando su rostro al límite con el aire de la calle.
-¿Quién eres?, descúbrete, ¿qué dices?, no te oigo... si es una trampa ya sabes el final.
-Están equivocados señor... ellos no son elegidos, quienes viajan a la Meca se equivocan, es un error topográfico, el final se aventurará allí mismo, las autoridades han mentido... entre por favor se lo enseñaré..._ cargó su fusil y limpió el sudor de su frente con el codo.
-Si mientes serás el próximo... no estoy para juegos, busco al doctor Rives._ cerró la ventana y de un golpe destrabó la cortina de metal.
-Pase señor, rápido, algunos pueden desconfiar... no tiene por qué dudar de mí, no he olvidado que lo he llamado yo._acomoda el cerrojo y  pone dos llaves cruzadas sacando las fundas de ellas y quedando atascadas.
-Buen sistema te has montado... ese maldito cabrón quería matarme, mandarme al centro del fuego, no soy estúpido, huelo la duda al instante, como me mientas mueres también, no eres muy agraciado pequeño, ¿qué puedes decirme tú de toda esta locura?_ hace dos señas para que lo siga detrás.
-Sígame, el que duda es usted, señor... sé muy bien lo que hago, mi estatura no debe ser un impedimento... llego más información aquí dentro que ese ordenador cuántico... el respeto es el arte de la hipocresía, al menos respete._ las puertas se abrieron al tacto, los recibieron dos pequeños adolescentes. La sirena deshizo el silencio, las luces se multiplicaron por miles, toda la habitación estaba repleta de ellas.
-¿Qué mierda haces?, ¡diles que detengan esto inmediatamente!_ empuña el fusil.
-No puedo, señor.
-¿Cómo que no puedes?_ preguntó enfurecido.
-El momento ha comenzado, el doctor Rives lo espera mañana por la mañana cuando la fusión se complete, lo siento, señor.
-¿Lo sientes?, ¿qué mierda sientes?, ¿qué está pasando?, ¿fusión?, los mataré como no hables ahora mismo pedazo de..._ disparó contra los dos adolescentes sin ningún reparo, las balas traspasaron todos los circuitos callando las sirenas y luces.
-Eso no detendrá el proceso, lo siento señor._ fusiló al último y se perdió en el corredor de luces verdes.


La energía del sol negro.








-Su familia está con él, lo amamos..._ el féretro dorado fue movilizado por las manos de sus hermanos.
-Era un pirado, era un pirado, si estaba loco, ¿la familia llora?, ¡no les ha dejado nada!, pero ahora todos chupan de la fortuna. Su padre se quedó sin nada, antes se llevaban de puta pena y ahora míralos, lo rápido que cambian._ dijo el borracho que bebía anís con su pecho al aire en invierno o verano y con un perfume persistente fruto de su bebida crónica.
-Lo han asesinado, están investigando, valía más muerto, pobre tipo, era un... la niña, ¿qué hace la niña allí?, no va a superar jamás un trauma así, en medio de tanta gente, como son..._ exclamó junto a la televisión una anciana.
-Era un artista con todas las letras, no como esos que... los buenos se van jóvenes._ aventuró una mujer cruzada de brazos y sin gafas con noventa años de edad.
-¿Sabes?_ se acercó junto al joven camarero parado en medio de la sala.
-A mi también mi hicieron cosas raras de pequeñas._ el joven la miró extrañado y pensó en irse cuanto antes, le restaban veinte minutos para terminar el turno en la residencia de ancianos.
-Él sufrió mucho, trabajaba desde los cinco años señora, sus padres deberían... es normal que haya terminado así, mejor allí que aquí._ apoyó sus codos en la pequeña barra del bar.
-¿Por qué eligió ser blanco?_le preguntó mientras cogía el vaso con su bebida.
-Quizás haya sido una manera de desprenderse de su clan negro, su padre hizo barbaridades, es normal que prefiera ser blanco, se identificaba con otra gente, y ahora todos están allí, juntos._soltó el aire cansado.
-Mi madre me obligaba a llevar el trigo en la noche, y me gritaba que era una inútil, llegó a decirme que iba a suicidarse para que yo cargue con toda la culpa. Se había casado con mi padre por dinero, por las tierras que tenía y luego resultó que había un deuda a hacienda que se comió el setenta por ciento... fue pobre y murió odiándome._ el camarero miró el reloj, bostezó y se limitó a apagar la televisión, la anciana bebió en silencio el zumo de frutas y marchó lentamente, esperando algo, alguna palabra de tranquilidad, aliento, el joven se limitó a bajar las persianas y pulsar los números de la alarma.
-Al final tanta gente escuchaba a ese tipo, ¿qué pasará cuando muera yo?, que mierda somos._ dijo mientras barría el suelo de azucarillos recortados. 



Placer mayestático.









-Hay pensamientos que no se deben reprimir Cesar, la terapia no avanza y yo te noto peor que antes, no quieres hablar con las personas que no son de tu círculo. Eso está muy mal, estoy preocupada por ti, ¿por qué me miras así?, ¡Cesar!, eres un tipo inteligente, no te comprendo._ gritó al derrumbarse en el sofá mientras que su amigo daba vueltas por la sala como una locomotora buscando rieles.
-¿¡Qué terapia!?, ¿soltarle todo una historia nueva al psicólogo?, ese vejestorio no conoce otra corriente más que el Psicoanálisis, ¡existen otras doce que no practica!, le pido incontables veces que intente con el Socio-Histórico o con el constructivismo, pero nada, tiene una sola lectura. ¿Qué pensarán Wundt, Pavlov, Freud Berne o Sperry?, Marta, no es por llevarte la contraria, pero mis problemas radican de un punto que debo reconocer algún día, al menos antes de irme de esta tierra giratoria. Tú lo tienes muy bien, ¡te casaste con tu príncipe!, una boda perfecta, bueno, salvando mi comportamiento habitual, tus vacaciones de ensueño, ni hablar de tu casa e hijas, nadie muere a tu alrededor, ¡como si un halo de luz protegiese tu contorno! Pero no es eso lo que te hace especial, serás una mujer repleta de luz hasta tu último suspiro. No me hagas esos gestos, no van contigo, ¡Marta, mírame cuando te hablo!, somos amigos, fuimos muy amigos, pero no tienes que seguir viniendo a ver como me consumo día a día en una espiral de miseria. Entiendo que te sientas en deuda desde esa noche, pero ya saldaste todo, ¿me oyes?, ¡todo!, ¡vete!, y no vuelvas, hazme el favor de no volver, prométemelo._ ajustó su cuerpo a la silla y apoyó su barbilla en el respaldo mirándola, estudiando cada uno de sus detalles para recordarla hasta el final.
-Tú no estás loco, ni vas a estarlo jamás, te diviertes en el regocijo del dolor, porque es muy cómodo, pero dormir allí se termina hoy mismo. Tienes que salir a la calle, volver a ser Cesar, el que todos adoraban, ¡si tenías el mundo a tus pies!, ¡mírate!, allí dentro, entre toda la amalgama hay un ser humano esperando disfrutar de esos placeres mínimo de la vida. ¿Crees que soy idiota?, de aquí no me muevo, te vienes conmigo a mi casa, tengo una detrás, es pequeña, pero te vendrá bien, Matías es un buen hombre y te adora, las niñas hablan de ti a cada minuto, no puedo permitir que sigas aquí._ se descalzó el pie izquierdo con ayuda del pie derecho luego lo mismo invertido, soltó su cabellera marrón libro de colección y cerró los ojos.
-¿Qué haces?, ¿Matías?_ preguntó alarmado mirando el reloj de la cocina brillar en plena oscuridad.
-Es tarde, el he enviado un mensaje, si mañana por la mañana no estoy en casa y contigo a primera hora vendrá él con unos amigos a buscarnos. No tienes opción.
-¡La loca eres tú!, ¿quién mierda te crees?, ¡yo soy dueño de mis elecciones!, nadie cambiará lo que siento cada vez que me levanto. La amistad confunde y perturba los sentidos, estás peor que yo.
-Llora si quieres, rompe la casa entera, tengo dinero para correr con los gastos, ¡y todo gracias a tu fortuna!, así que ya lo sabes, no hay escape, de hecho sí lo hay, tienes aquella puerta para irte a buscar aventura con tu coche de colección, pero no te veo capaz de hacerlo.
-No juegues conmigo Marta, no me conoces enajenado, mi furia no es proporcional a mi peso, estás tocando mi interior sin reparo, puede tener un precio muy caro, vete a casa, agradezco tus intenciones, de verdad, pero es hora de dormir con el calor de tu marido.
-¿Cuál es tu corriente?_ preguntó sonriente y de ojos pegados.
-El estructuralismo, Conductismo, Cognoscitivismo, Neconductismo y Gestaltismo, ¡yo que sé!, todas las normas de la psicología moderna son útiles al menos, el problema es simple, no hay tanta teoría en la que apelar, toda la información es infinitamente compleja, el estado de consciencia emerge de todo  ese maremoto de claves, hubo puntos que no me gustaron y los asocié a una serie de comportamientos que desencadenaron en un bucle de errores repetidos en el tiempo, el cerebro es tan plástico que la adaptabilidad fue un hecho consumado desde el primer momento. Todo el resto de problemas fueron consecuencias directas o indirectas de aquellos sucesos matrices, ¡es simple Marta!, ¡murió mi madre y luego mi padre!, ¿qué quieres que sienta?, estoy desarmado por dentro, no tengo nada más que dinero. El sentido que le encuentro a la vida es el dolor, es un motivante, una droga compuesta por químicos dentro de mi cuerpo y no fuera, ¿crees que eres feliz todo el tiempo por no pensar?, un suspiro vital eres, un estornudo del gigante universal, pero no temas, eliges por el mismo mecanismo que utilizo la felicidad, la ignorancia y el sometimiento. ¿Quién desatina de los dos?, ¡sigue tu vida de papeles escritos con comportamientos ajenos!, yo no tengo que demostrar nada a nadie, para eso existe la maquinaria del ocio, los sueños de gloria, ¡por Dios!, ¡es viejo y patético!, el funcionamiento de los anteriores imperios resultaron en lo mismo, ¿crees que los avances tecnológicos podrán eliminarnos esa soberbia de enanos indefensos y bacteriales?, ¡no!, no y ¡no! ¡Duerme!, que así los sueños te visten de reina._ cerró sus ojos, soñó con los mismos ojos verdes amarillentos de siempre y agitó sus alas en un mar de alimañas perturbadoras buscando la luz de un hueco en la celda de sus pensamientos, el cambio había comenzado.




El archipiélago interior humano.












-Te digo que no es un toma buena, tiene que tener algo más, así como está no sirve, de verdad Emiliano, no sirve porque la luz no dice nada, en más allá de los sueños, ¿recuerdas esa luz?, así, nada fuera de ese rango. No entiendo por qué te empecinas siempre en hacer todo al revés de como lo planeamos, tenemos diez personas esperando, ¿puedes pensar más rápido?_ me gusta esperar a que exploten sus palabras, es uno de los mejores momentos de mi vida, rodar en la calle, sin permisos de la ley, rodar con armas y muchas luces, esa gente me espera.
-Robert, no seas tan exagerado ¿quieres?, debo pensar, son solo unos minutos más, ¡qué esperen!, diles que practiquen algunas tomas, así no se aburren, es que tengo en mente algo más grande, que llegue a la gente y conecte._ da dos gritos y unas señas y se sienta junto a mi en la puerta de una casa extraña, acaban de encender unas luces, es tarde pero la policía no hace caso a estas denuncias.
-¿Qué te pasa amigo?, hay algo, esa cara que tienes._ me conoce, al menos mi gestualidad.
-Es que esos dos actores que trajo Miguel no se ajustan a lo que imaginaba, no me mires así, sé todo lo que nos ha costado llegar a rodar aquí con esta gente, pero de verdad Robert, no hay nada que hacer, lo de la fotografía lo dejaría a un lado sin ellos, va a quedar un cortometraje barato pero sin calidad humana, lo lamento, pero no voy a dar la voz de acción. ¡Hazlo tú!, no me mires así Robert, lo haces tú, dices que tengo vómitos, suelto algo de bilis y aquí no pasa nada. Creo que voy a tomarme un tiempo para reflexionar, no me entiendo, es que no sé que mierda quiero hacer, se me juntó todo, estoy hecho un asco por dentro, no espero que lo entiendas Robert... ¡vamos!, ve y diles lo que acabo de decirte.
-Estás loco Emiliano, ¿por qué siempre me haces lo mismo?_ está encantado por dentro, lo sé, yo también conozco su gestualidad, también seguí todos sus apuntes y estudios sobre la dirección de este cortometraje, creo que lo hará mejor que yo.
-Tienes cinco cortometrajes premiados Robert, y yo ninguno, quizás sea ese el camino, abrirlo hasta llegar al punto de encuentro y dártelo para que lo desarrolles._ la humildad no es mi estilo de vida, pero con Robert tengo un sentimiento de paternidad que me aleja de todos los preceptos idiotas de la adultez.
-Todo lo que tengo es gracias a ti, y tú no tienes nada, no puedo permitir que vuelvas a desvincularte de todo a esta altura, está todo montado, me sentiría un impostor, porque sé que va a ser más premiado que los otros. Es una historia que no me deja de emocionar, eres puro amor Emiliano, agradezco el día que nos cruzamos, pero ahora la dirección es tuya, hoy tienes que terminar con lo que empezaste, están esperando instrucciones amigo, ellos quieren que tú les dirijas._ nunca vi llorar a un hombre que no sea yo en el espejo, es... es el final, exacto, ¿por qué no lo había visto antes?
-¿Impostor?, eres más talentoso que yo, y ahora serás el final, el rostro que ultime todas las sensaciones... ven conmigo.
-No puedo Emiliano, es una autentica locura.
-¿Qué no puedes?, amigo, debes hacerlo, siéntate en aquél portal, ¡Mariano!, tráeme la cámara y el trípode, ¡qué nadie se mueva y respire!, repite lo que has hecho frente a mi, quiero que te sientas como hace unos momentos.
-¿Qué llore?, ¿me pides que llore frente a la cámara?_ me desconcentra una alarma de bombero que se aleja.
-¡Sí!, nada fuera de lo común._ le contesto y pruebo el plano detalle.
-¡Estás loco!_ grita pero nadie se mueve.
-No voy a repetirlo, si te apuras mejor para ti, cuanto antes sueltes las lágrimas mejor._ todavía tiene el pecho cerrado de la emoción encontrada, respira dificultosamente, pestañea varias veces, sonríe nervioso y suelta el llanto encerrado en el alma. Nada me gratificará así, es lo más bello que he visto en mi vida, brillan mientras caen, tose y emana dolor, puedo sentirlo desde la pequeña pantalla de la cámara, no hay sonidos, ni aire que me acaricie, somos él y yo, sus penas y mis anhelos.
-No puedo más, quiero irme lejos, no voy a seguir, todo es tuyo, eres todo lo que hice, y seguirás haciendo todo por mi, no puedo permitirlo, es una injusticia que me premien a mí. Todo el mundo cuchichea que somos pareja y cuestionan mi talento frente al tuyo. ¡Eres un cobarde!, me utilizas y yo siento pena por mi, no pensaba llegar a esta ciudad a ser un emulador de deseos, ¡mírame!_ la vida es injusta, mi protección es una coraza irrompible mi amigo.
-Eres joven, no sabes lo que te viene, lo entiendo, pero no puedo darte la respuesta rápida para aliviarte, sigue, es un camino de piedras, las palabras de ellos, ¿importa?, todos tus pensamientos están en esas tomas y diálogos, te engañé desde el primer día, todas las obras son tuyas, fueron ideas sueltas que agrupé y diálogos que retoqué pero solo con maquillaje idiota, eres un genio encubierto en una piel de incomprendido, no voy a permitir que te deshagas de lo que eres. ¡Escuchen por favor!, ¡quiero que se acerquen todos, absolutamente todos!, rodeen a nuestro director, ¡Robert quiere saber si es un gran cineasta!, ¿lo es?, ¡claro que sí!, ¿no oyes sus voces?, mis órdenes fueron claras desde los inicios, el único que no lo sabía eras tú ¡Ahora es el turno de continuar con el final señores!, ¡un aplauso para nuestro futuro representante!, ¡tengo el placer de anunciar que Robert ha ganado la beca para el largometraje de su primer cortometraje "Islas del sur humano".
-¿Qué?, me mientes, ¿hablas en serio Emiliano?, ¿qué dices?, no lo puedo creer, no es posible, pero si no presenté nada... que hijo de... ¡eres una mala persona!, ¡no, eres una gran persona Emiliano!, ¡gracias, a todos!, no lo puedo creer, estoy sin aire._ no tengo hijos, no tendré herederos, no serán mis genes dispersos en nueva evolución, no soy arte ni me representan las imágenes, soy caos y una increíble bola de felicidad, ese humano lo merece todo en el mundo, todo lo que el resto puedan regalarle.


3 Kilómetros.








Ahora vuelvo chicos!, ¡voy a buscar ayuda, no hagan nada!_ gritó desesperado y echó a correr mirando sus pies, no podía mirar de frente el camino, actuaba de memoria, el pueblo estaba al menos a unos tres kilómetros, tenía los minutos contados, era su primera vez para todo, pero no para nadar, no había querido aprender. Las piedras lastimaban sus plantas de los pies en cada error, aunque su atención estaba centrada en el recorrido, le fue inevitable evadir esas lastimaduras que recordaría por el resto de su vida. Pensó en sus miradas, en las sonrisas anteriores, en lo que le dirían sus padres, en el castigo que les pondrían al terminar. Lloraba mientras corría, sus lágrimas le daban frío en sus sienes, alguna se coló hasta la oreja, pero no se detuvo, no pasaba ningún coche, gritaba por si alguien le oía mientras lo hacía. Ninguna casa encendió una luz a su paso, nadie se enteró de sus gritos, pese a los obstáculos, el cansancio y las lastimaduras Ergoitz siguió sin pensárselo, era de los fuertes, podía con eso, aunque no con los sermones de los adultos, odiaba que le pongan en evidencia delante de sus hermanos. Gritaba con sus brazos hacia atrás para aliviar la presión del pecho, sudaba en demasía, sus nervios causaban calor sumado a la consecuencia lógica del esfuerzo físico.- ¡Ayuda!, ¡mis amigos están mal!, ¡necesitamos ayuda por favor!_ se detuvo en una casa oscura y con una huerta enorme, gritó porque había un coche aparcado.-¿No hay nadie en ésta casa?, ¡necesitamos ayuda!, ¡por favor!, ¡por favor!, mis amigos están..._ no tenía voz ni aire, sus pies latían ardiendo, los miró asombrado pero no pensó en qué era realmente el dolor, quería correr y correr, necesitaba el abrazo de alguien que lo devuelva a casa, se sentía perdido en el camino a casa. Al cruzar la carretera una furgoneta tocó el claxon y lo esquivó sin detenerse, le gritó, hizo señas y nada provocó que ese hombre imprudente se detenga a escuchar su historia. Derrotado por sus pensamientos, nervios y cansancio físico el niño llegó al portal, se detuvo, no quería tocar el timbre, estaba a punto de arrepentirse. 
-¡Ergoitz!, ¿qué sucede?, ¿por qué corres así?, ¿y tus amigos?, Ergoitz, ¿qué sucede?, ¿dónde coño están Beñat y Andoni?, ¿¡dónde están Ergoitz!?, ¡habla!, Ainoa, si aquí está, baja a hablar con el niño que no quiere decir nada, ¡lo único qué hace es llorar!, mierda de maricón criamos._ su madre bajó al de dos minutos, desesperada por su corazonada lo abraza, mira sus pies y las manchas de sangre en la acera. 
-¿Qué tienes mi amor?, ¿qué han hecho?, dime ya donde están, tenemos que hacer algo, ¿los han secuestrado?, ¿se perdieron?, ¿quemaron algo?, dime hijo, pronto vendrá la policía y ellos no son como nosotros. Mi amor, ¡habla!_ el niño no dijo nada, no tardó en llegar la policía, en unos minutos estaba rodeado de gente desconocida, por las ventanas todos miraban y murmuraban, pensó en todas las luces encendidas que había y se preguntó por qué no se habían encendido para ayudarle en el camino. 
-Hola pequeño, tienes que decirme lo que ha pasado, ¿cómo te llamas?_ lo lleva de la mano hasta la furgoneta, llegan más patrulleros y algunos coches privados, la policía autónoma acordona las inmediaciones, el estado de la gente es de alarma, algunos gritan en euskera, ¡cipayos!, otros se enfrentan a las voces con gritos de repulsa, la tensión se vuelve más densa, por la mañana habían asesinado a un inspector con una bomba en su coche.
-Mi nombre es Ergoitz... mis amigos... mis... soy Ergoitz, me dijeron que iban a aguantar la respiración y salieron, tengo miedo, quiero irme a casa._ echó a llorar en los brazos del oficial.
-¿Dónde están Ergoitz?, ¿puedes guiarnos?_ el padre se acerca y con una seña del oficial alza al niño.
-Estábamos en el dique, junto a la represa, donde fuimos hace unos días._ le dijo el niño a su padre al oído.
-Sé donde es, tú te quedas con tu madre, ¿estás seguro qué es allí?, ¡Ergoitz!, ¿es el del árbol encorvado?_ el niño asiente sin mirarle la cara, su madre lo alza y lo lleva al tumulto de mujeres en batas y pijamas.
-¿Por qué se quedaron hasta la noche mi amor?, está mal Ergoitz, muy mal, ahora que Dios diga lo que tenga que decir.
-Pero no es mi culpa, ellos han querido jugar a eso, a mi no me gusta, les he dicho que no lo hagan pero se rieron y no volvieron, ¿van a volver, mamá?_ dijo llorando con la mucosidad saliendo de su boca y nariz.
-No lo sé, espero que sí._ le susurró a los oídos y lo abrazó sintiendo la pena de saber la verdad, no había esperanzas para sus amigos.

Toda la noche un grupo de voluntarios se encargaron de buscar a los dos niños, sin ningún éxito. A la mañana siguiente rastrearon la zona buscando evidencias mientras que un buzo se la capital vizcaína se encargó de buscar debajo del agua, tarea que casi le costó la vida, las corrientes estaban gobernadas por túneles naturales a varias direcciones. Los padres sabían que no había esperanzas, la ciudad se vistió de luto, mientras que dos nuevos buzos corrieron la misma suerte que el primero, llamaron a medios de comunicación y se presentó ante la audiencia nacional el caso, un experto de la policía de Madrid se presentó  gracias a la nota periodística en la mañana del cuarto día. La histeria era dueña del barrio, las lágrimas brotaban de las flores y los jardines descuidados, el duelo y el silencio era abrumador, estaban expectantes de poder velar sus cuerpos y al menos despedirlos. La tarde del quinto día hubo noticias.

-He dado con los niños, los hemos podido sacar del agua, no puedo quitarme sus rostros de mis ojos, creo que de un momento a otro se vieron debajo del agua y sin poder salir, la corriente no es fuerte pero el túnel desorienta... creo que sintieron estar apresados, y uno pensó que el otro iba a salvarlo, no me lo explico, es muy triste... sus caras estaban... los he encontrado juntos, en el mismo túnel y abrazados, es imposible separarlos, sus cuerpos están unidos con una última fuerza que me corta la respiración ahora mismo... lo lamento, no puedo seguir hablando, lo lamento, con el alma, esos niños se unieron... es que... nunca olvidaré sus rostros.

La ciudad se llenó de lágrimas y flores, no hubo lluvia que aleje a toda esa gente triste, el abrazo fundió la desesperación en cada una de aquellas personas imprudentes que dejaban libres a sus niños ante el peligro.
Libertades.







-¿Qué crees que pueda pasar con nuestros objetos libres?_ estamos sentados en el pie de un monte, los tres juntos, en un banco de plaza sin plaza, junto a una pequeña fuente y frente al mar, acaba de pasar la tormenta que va directo al centro de Bilbao, nosotros sonreímos con el sol en los rostros. Mi pregunta queda en silencio, seguimos señalando el sol los tres juntos, ellas están con las flores que acabo de arrancar sobre sus orejas, apoyadas y en compañía.
-¿Qué cosas libres?_ me pregunta la más pequeña de ellas.
-Digo todo lo que nos rodea, objetos frutos de la naturaleza o el artificio._ le contesto esperando una respuesta.
-Una cabina telefónica tomando el sol bajo una sombrilla en la playa, por ejemplo, espera, se me vino otra imagen a la mente, una paloma nadando en el mar, ¡que emoción!, espera, ¡otra!, una rata comiendo en un restaurante de lujo..._ que ocurrente, miro a la mayor de ellas, me sonríe con su boca cerrada, gira la flor con su mano derecha, mirándola pensativa.
-Yo veo a una plancha de ropa arrugando todo lo que encuentra a su paso, o un coche volando y una vaca comiendo carne... jajaja, ¿y tú qué imaginas?_ me pregunta esperando que supere lo que han dicho.
-No lo sé, un cubito de hielo bombero, o una palmera barriendo las calles de Bilbao, una tabla de surf como hélice de helicóptero, no puedo imaginar nada como ustedes, le daría descanso a las teclas de piano._ sonríen por mi falta de imaginación, yo solo pienso que me faltan imágenes por la acumulación de otras.
-Puedes esforzarte algo más._ me pide la pequeña.
-¿Saben?_ señalo al sol que nos ilumina, el viento nos despeina.-Esa estrella oscilante que ven, está muriendo, le quedarán unos miles de millones de años y luego se acabará consigo misma, hasta desaparecer. ¿Qué significa eso?, que nuestro planeta es un cubo de hielo que se calienta lentamente, y que tiene un fin, se volverá tortuoso, y quienes vivan la transformación no se creerán lo que vivimos ahora mismo, miren el mar, el reflejo del sol como brilla sobre el agua y por un momento piensen que están en otro planeta, en otra estrella lumínica, ¿viajar?, es la clave de la supervivencia. ¿Sería justo para el universo qué subsistamos?, yo creo que no._ bajo mi mano y la apoyo sobre mi muslo derecho, les sonrío y ellas me miran, las dos lloran juntas, sus lágrimas me piden explicaciones pero no tengo palabras que sanen las heridas de la verdad.

Mensaje desalentador.








Estoy mirándote, ¡sí!, hola, ya sabes quién soy, seguramente alguien te contó de mi, o simplemente has llegado por el instinto, la navegación sin sentido de Internet o por un amigo. Da igual sinceramente me da igual, estamos juntos para hablar sobre lo que te sucede, lo que te hace ruido en tu interior, lo que ruge todos los días y se duerme por momentos para dejarte vivir en Babia, con tu boca abierta en algún autobús sofocante camino a casa o alejándote de ella. Somos dos personas que nos sentimos agobiadas porque sabemos que algo nos oprime y no podemos explicarnos como, aunque tengamos respuestas hechas y ensayadas para nuestros amigos, fiestas o eventos sociales, no tenemos ni la más remota idea del por qué estamos ahora mismo existiendo. Es altamente probable que tengas problemas de liquidez monetario, sino te ha sucedido pronto sucederá, y no te alarmes, porque en la merma o en la abundancia todo, absolutamente todo se vuelve a marear y a tender a un caos, mínimo o parcial que hará de tu camino un parque de piedras sin horizontes. ¿Qué hago aquí?, nos preguntamos algunas veces con una sinceridad aplastante... naturalmente no nos sabemos responder más que las respuestas prediseñadas e implantadas en el primer ciclo de aprendizaje... no te sientas mal por no encontrar sentido a las cosas, porque cosas son y nacieron de conceptos, principalmente emulados de la naturaleza o enaltecidos escasas veces por algunos homínidos sobresalientes, pero tu caso no es ese, y si lo fuera tampoco tienes un orden por el contrario, la genialidad irriga tanta fluidez que es imposible etiquetar todas las operaciones que se establecen sin alineaciones visibles. Aquí estamos tú y yo, para relajarnos te voy a contar que tengo miles de cuestiones demasiado problemáticas en mi vida, no voy a deprimirte con mis desordenes vitales, pero te puedo contar que me siento totalmente utilizado por este sistema bacterial que hoy pondera en la tierra, suena a película de ficción “El sistema que rige al mundo”, lejos de eso tienes que entender que hay ciertos patrones de comportamiento de una porción ínfima que condicionan al resto... esto lo sabe hasta un niño de preescolar, pero por algún punto se comienza. La raíz del mal nacido en el anterior siglo se debe al produccionismo, que apareja una de las fases más complejas jamás emprendidas y una de las soluciones más simple que jamás se haya implementado bajo una doctrina imperialista. No sé nada de política, ni de economía, ni de psicología social (sí es que existe)... pero sí se algo que puedo contarte, y lo haré brevemente.

Naciste en un hospital después de un largo pero intenso proceso genético que te moldeó, emergiste a una superficie que representa el uno por ciento de la materia que compone tu nuevo hábitat, te cortaron ese lazo con tu madre para que comenzaras un proceso de grabación de información, lento o no, fue la primera fase de enseñanza sobre la que se fundamentaron tus procesos neuronales recién estrenados en la superficie terrestre bajo la acción de la gravedad  y la climatología. Puedo entender que te preguntes, ¿qué me está diciendo éste tipo que no sepa?, tienes razón, no sé nada de medicina, ni de las otras cien profesiones que se ocupan de reparar tu cuerpo o doctrinarlo. Como te he dicho tus músculos ensayaron dentro de tu madre todos los movimientos que iban a experimentar en un futuro terrestre, de hecho hasta soñabas pero no lo sabes, por lo tanto ya pensabas. En tu fase inicial se encargaron de estimular todos tus sentidos, con colores, formas, para que te adaptes al mundo al que llegaste, creciste gracias al cuidado intensivo de una mujer adulta en su defecto un adulto que pudo ser tu padre, abuelo o amigo de tu madre, etc. Te pusieron un nombre para clasificarte entre tus pares, tuviste una identidad, comenzaste a grabar experiencias en base a los juegos, conociste el mundo binario que te iba a gobernar hasta ahora mismo y  tu posterior (y espero que no pronta) expiración. Bajo las preguntas y respuestas acomodaste una serie de prioridades que te dieron una base operativa para seguir experimentando, llegaron la música, los sonidos caóticos de la naturaleza, conociste la lógica matemática, algorítmica, los sentidos se pusieron a prueba con cada error que cometiste, tu cerebro viajaba a velocidades eléctricas increíbles y no lo sabías. Tu grupo se encargó de darte el cobijo ante las inclemencias climáticas y eso forjó inicialmente la incondicionalidad familiar, los lazos se cerraron y comenzaste recibir los estímulos teóricos, nuevas bases intelectuales con las cuales utilizaste la base inicial de la experiencia sensorial, volviste a reunir un pensamiento y una serie de uniones creando conciencia... tu moral fue activada, quizás una falsa moral, no hay peros en las apreciaciones, ya que tu grupo condicionó tu primera visión clara de lo que te rodeó selectivamente por tus bases iniciales.
Hasta aquí lo de siempre, creciste con un grupo nuevo fijo (a veces) con el cual compartías la experimentación de la enseñanza de una serie de acontecimientos basados en la memoria, tus educadores hicieron hincapié en vidas pasadas que realizaron descubrimientos y hallazgos que te permitieron conocer lo anterior para que según ellos tú cambies los errores cometidos y seas un hombre de bien, un hombre que consuma, produzca, no piense y doctrine a su grupo o clan con las mismas bases  sistemáticas.  Al llegar a la adolescencia fuiste un incansable buscador de emociones y aventura, probaste nuevas fórmulas teóricas y reconociste los nuevos errores y aciertos, te dijeron que elijas una carrera universitaria para poder ser un obrero laborioso e instruido en las nuevas técnicas de elaboración, pero al fin un obrero vestido de traje o mono azul, con pico  o bolígrafo todos se transformaron en adultos, la minoría que es la que compone el aporte del sueño posible se llenó de dinero los bolsillos siendo deportistas afamados, naturalmente eres aficionado a cualquiera de los siguientes deportes, fútbol, baloncesto, béisbol, fórmula uno, moto GP, maratón, rally... y otros tantos que no voy a enumerar porque no me da la gana, bueno otra de las aficiones que tienes es la televisión, Internet, teléfono móvil, reproductor musical y otro etc. que tampoco voy a enumerar porque tampoco me da la gana. ¿Sí?, genial ahora sabemos de nosotros mismos que contenemos una doctrina de las dos que hay en la actualidad, la buena y la mala, es obvio que la buena es el capitalismo y la mala... si si, esa, bueno también sabemos que viajamos una hora al menos para trabajar y otra hora para volver, estamos estresados si llegamos a ser de los afortunados de vivir en el núcleo de la productividad por el ruido, las luces y el sin fin de acontecimientos que tampoco voy a enumerar, porque esto es una cachetada suave y no una Biblia sobre lo que somos escrita por un indolente joven que tiene un mal día. Lo dicho, somos adultos y nos deslomamos produciendo materia que ya pasó de moda, ¿no es triste?, toda la gente que dejó su tiempo depositado en la producción de discos de pasta, edificios de acero y concreto aireado y otras millones de actividades que tampoco vamos a detallar. Ellos, posiblemente tus padres, abuelos y hasta bisabuelos forjaron la mayor tragedia para el planeta y sus especies. Gracias a ti seguimos destrozando un planeta que viaja a cientos de miles de kilómetros siendo un punto ínfimo en un universo que se expande a la deriva. Somos ese niño que acaba de despertar y ha destrozado la cristalera en dónde habían recuerdos de toda la familia, tú y yo no estamos de acuerdo con la instauración de un sistema que por motivación clónica y especulativa produzca hasta llegar a un final. ¿Estás triste?, ves a la gente morirse en guerras y te da tristeza, ¿eso te molesta?, eres un puto infame, una mierda de persona porque también ves a un niño en la calle y le das unos céntimos o nada y te apenas por su realidad pero te regocijas porque no fue la tuya, ¡eres la misma escoria reciclada que fundó las bases para que sigas con la intensa moralidad ecologista de destrucción masiva y silenciosa del resto de especies. Estás molesto porque un impertinente te dice algo que eres y no te conoce, ¿qué crees que tengo que conocer de ti?, piensas todos los días, por un instante o no en por qué mierda estás en vivo, sabes que eres un accidente terriblemente complejo y sabes que eres un engranaje más en una fábrica de sueños repleta de excrementos hasta más no poder. Si piensas en comprar una casa, coche y jubilarte, eres el ser más insignificante, menos apto y susceptible a morir triste que conocerás sino miras a tus lados, digo, a tus vecinos. Perdona, es normal que quieras una estabilidad que te proporcione un hogar seguro, en un sitio determinado para poder gozar de todos los beneficios de la cárcel ociosa que te ofrecen sin salir siquiera de tu cama. ¿Crees en Dios también?, jajaja, perdona que me ría, es normal que busques las respuestas en algo que no te conteste, así se mantiene el misterio de que haces en el mundo hasta el final, es una manera muy bonita, simple y llana de bloquear toda búsqueda interna que te propongas. Estoy seguro que además de todas la ansiedades que tienes por comprar lo nuevo, lo último en tendencia, quieres nutrirte de las bondades incontroladas de la red globalizadora para saciar algunas de tus tendencias patológicas, no definiremos ninguna porque ya son cientos y cada día se suman más, es que las nuevas implementaciones de las tecnologías harán de ti un ser dependiente sin que lo sepas siquiera. Pero no te alarmes si viene un futuro de vigilancia y sometimiento, las ciencias son la nueva filosofía de vida, por suerte el pensamiento religioso o mágico ya no se necesita para conquistar ningún sitio de la tierra porque ¡ya están conquistados todos!, por lo que ahora en nombre de algunas carencias se encargarán de luchar por absorber territorios baratos, como acciones de una empresa para especular con unos rendimientos posteriores o venta. Eres atlético porque educas tu cuerpo con una dosis de gimnasia, vas a la oficina o al taller/fábrica decidido a hacer lo menos posible y llegas a casa para estar en tu sofá jugando a la consola o navegar sin rumbo en la red global. Eres un exitoso en este sistema porque lograste hace unos años crear un negocio que te dio enormes beneficios, o simplemente tienes un negocio que te permite vivir holgado sin mucho esfuerzo, por lo tanto tienes una red social en Internet y en la vida real que te acompaña en cada paso que das y te apoya o educa en los pasos positivos o negativos que das. Eres un ser subordinado a las opiniones ajenas y sigues las tendencias practicando todas las etiquetas que te dieron al nacer y reproducirte. Pero tienes un engendro que pide brutalidad, ruges por dentro pero prefieres callarte, no quieres pensar en mañana, ¡la vida son dos días a vivirla!, ¡sí!, sí señores, no voy matarme antes de tiempo, voy a salir todos los fines de semana a emborracharme para callar mis pensamientos, si puedo entre semana lo haré también porque mis amigos estarán allí esperándome para contarme sus jugadas de naipes por el casino online o el ligue de la puta de turno con el jugador de turno inmensamente valorado en un juego sobrevalorado en demasía, ¡ey!, no es envidia de los pases multimillonarios, ni de las posiciones de los clubes en las listas ni mucho menos de las conversaciones sobre quién hizo el mejor gol o la mejor jugada. Te sigues preguntando por qué tienes tantos cambios de estados anímicos, te das cuenta que el mundo que te rodea te miente a la puta cara y no haces nada, comprendes que en la televisión te montan una mentira teatral para que comas y no pienses. Entras en razón de los nacimientos desmedidos de todos los países, etnias del mundo, no piensas en las muertes, sino en los nuevos pobres futuros y engranajes perfectos para mantener la producción desaforada. Abres los periódicos de papel (si es que sigues leyendo en un formato del hombre paleolítico) y no haces más que leer otras nuevas mentiras de personas o personajes que se creen adultos serios y responsables comunicando verdades del estamento o cualquiera de sus esferas, cuando me refiera a cualquiera de sus esferas digo sus tentáculos más profundos y arraigados, hablo de la confabulación globalizadora, pero no te detengas a pensar, este tipo es un intolerante, un inadaptado y yo estoy leyendo mientras podría estar jugando  o leyendo algo más divertido, es que no quiero... ¡pensar!, ¡caíste! ¿no quieres pensar?, no pienses, pero tienes que comprender lo anterior, y lo primero, ¡eres binario!, hay que erradicar el bien y el mal para reconocer todos los horrores cometidos.  ¿Qué piensas de esto?... no pienso nada, me parece que hablas demasiado de verdades que todos conocemos... es cierto, ahora, vas a seguir viajando en un tren atestado de gente olorosa para trabajar ocho horas por un salario miserable, ¿por un sueño de concreto o acero?, vas a dejar todas tus utilidades mentales para desarrollarte como un obrero sin un fin de clasificaciones y presiones. ¿Vas a ceder ante toda la injusticia binaria que te rodea?, seguro que lo harás, estoy seguro que seguirás consumiendo como una rata de laboratorio sueña con electrodos electrificados y no se plantea nada más que morir y dejar de agonizar. También perseguirás al galgo con cola de conejo en tu carrera desesperada por aprobación transformándote en un ser social y disociado en mil partes mentales.  De hecho comerás los alimentos transgénicos que te ponen en bandejas blancas con música sin ritmo y te acondicionarás para no ser despreciado por la química del amor ante las mujeres u hombres. Seguirás siendo un bárbaro sin hacha, un primate sin árboles, una máquina de reproducción, y otros tantísimos etcéteras. 

Creerás que eres lo máximo en tu despacho en una torre altísima dónde nadie se supone humano y fumarás un habano de un país pobre y resistente a las invasiones. 

Nada hará que la orden instaurada en tu hipotálamo y el resto de tus genes no siga la lucha por la supervivencia, ¿por qué?... porque seguirá siendo una bacteria, una enfermedad que se erradicará dentro de un suspiro geológico. 





























La copla real de Maggie.






-Come un poco, no estás del todo bien.
-¿Y tú?, siempre te metes conmigo por algo.
-¿Por qué tú crees que hago eso?, soy tu marido, solo apunto lo que veo flojo para ayudarte a mejorar, mejor me callo.
-Sí, cállate que te viene perfecto, la situación ideal, el silencio.
-Es que me va a sentar mal la comida, ya estoy nervioso y la situación no es la mejor.
-¡Nunca es la mejor!, desde que tu madre se fue con ese belga no haces más que fluctuar entre tus personalidades múltiples, ya no sé ni con quien hablo realmente.
-¿Qué dices?, lo de mi madre es su problema, ya tiene mucho mi padre con todo... a mi no me ha supuesto nada, somos adultos, ¿múltiples...?, tú estás muy mal, lo único que hago es comportarme como una persona educada, respetuosa, digna para ti, Lidia.
-Me llamas... jajaja, eres un asesino del encanto, mira, come, calla y sonríe algo más.
-¡Mi problema es que no me escuchas!, ¡ese es mi problema, Lidiaaa!
-¡Tu problema Charleees es que eres un completo idiota, que habla mucho sin decir absolutamente nada!
-¡Vamos!, ¿no digo nada interesante?, a ver si te crees el cerebro de esta relación.
-Tú, ¡lo aseguro!, no eres el cerebro, quizás seas el pensamiento involuntario e insatisfactorio... torpe e inservible, puro relleno que no aporta más que una creatividad de anciano terminal.
-Me lastimas Lidia, quieres verme en la calle, pero no voy a darte la maldita chance de rehacer tu vida con otro Belga.
-¡Ves!, te lo digo, te jodió lo de tu madre y crees que voy por el mismo camino, ella es una pobre mujer que ya no tiene el timón de su vida.
-¡Tú tampoco lo tienes al creerte mejor que ella!, no voy a irme porque esta es mi casa, ¡no voy a dejarte el camino más fácil!
-Has lo que quieras, pienso seguir siendo yo, no voy a cambiar por un inútil y torpe enfermo mental, eres escoria para todos, el perdedor nato, y lo demuestras día a día, me haces reír mucho, no te vayas, que sin ti no tengo diversión... tienes que verte cuando te llenas de ilusiones con tus libros de mierda... eres patético.
-Sé algo que puede dejarte a ti en la calle, Lidia, mi amor.
-¿Vas de listo, Charles?, porque mis recuerdos dicen lo contrario, eras el idiota del que todos se reían a carcajadas, nunca pude sentir aquello, creo que me casé contigo para experimentar la adversidad de la vida real.
-Te casaste conmigo porque confíabas en mi talento, el que ahora odias.
-A ver Charles como te lo digo, ya no sé si tiene que ser más alto o más claro... nos casamos por un motivo muy puntual, tu hija Maggie, la misma que intenta estudiar lo mismo que tú.
-Eres muy dura conmigo, yo estoy enamorado de ti, aunque...
-Amas lo que te conviene, ¿dónde están los premios que me prometiste, las casas en la playa y los días de vacaciones?
-Vendrán, no dije que fueran inmediatos.
-Pues sigo esperando Charles, todas las mañanas cuando huelo tu olor a culo y huevos, a sudor de días enteros solo pienso en la vida después de ti, fantaseo con morir después de ti.
-No eres presa ni tienes celda que te aprese.
-Tú eres el reflejo de todos mis fracasos.
-Eres una mala persona Lidia, aún así te amo.

El silencio tapa sus bocas calientes de fiebre mental. La puerta suena a lo lejos y caen unas llaves.

-¡Hola!
-¿Qué haces aquí, Mag?
-Nos han dado una semana libre por las reformas... les avisé el otro día por mail, creo que me contestó... papá, sí, ¡tú!, qué caras tienen, ¿pasa algo?
-No hija, ¿qué va a pasar?, tu madre y yo comíamos algo pero sin apetito.
-Ah, genial, ¿vienes un minuto?, quiero enseñarte algo de mi blog para que lo leas, es sobre la estructura de mi verso, un hemistiquio que necesito leas en voz alta, para comprobar algo.
-Termino con esto y voy, si te adelantes para prepararme la lectura te lo agradezco mi amor.
-Sí, no hay problema, quizás haga alguna modificación de último momento, es que no puedo evitarlo. ¿Estás bien mamá?
-Sí Meg, es que tengo un poco de indisposición, la comida, no sé, voy a subir a dormir unas horas.
-Eres una madre ausente.
-Ella es igual a ti, ¿quieres que me contamine con tanta mierda literaria?
-Eres un mala mujer Lidia, pero te amo.





El silencio de Joan.






Usted le miente a miles de personas!, no existe tal benefactor benévolo que solo da amor y reparte vida. Ese hijo de puta al que llama Dios me arrebató todo lo que amaba, incluso cuando más rezaba, no se lo pensó un instante, fui un iluso, pero ahora yo le doy guerra, me planto ante todos lo que creen como tú y lo divulgan vilmente tras esa cortina de sonrisas.
-Estás cegado hijo, no hay venda que se vuelva transparente, debes sanar la herida o continuarás en esa constante pulcritud.
-¡No me llame hijo y deje de mentirme a la cara!, la iglesia es, fue y será violenta, solo que en este contexto social no pueden continuar a sus anchas, pero son la peor calaña sobre la fax de la tierra. No me venda Salmos como churros, ni intente convencerme de nada, es un hipócrita, miente a muchas personas desesperadas y punto.
-La bondad, el respeto, la sabiduría, nuestra fe mueva la montañas de la moral, las convierte en dones, ustes no puede vernos, su dolor es extremo y prefiere eludir la dignidad de vivir en Dios. Fuimos creados para amar, lo siento, debo marchar a la parroquia, tenemos comida que brindar a las víctimas de otro atentado.
-Le daría una bofetada pero me pondría muy cerca de su método. La ciencia explica a la población mundial que no existe vida después de la vida, esas patrañas de feria ya no son creíbles, se come sus palabras… camina, eso es, camine y digiera cada una de mis miradas, mi energía, lo seguiré allí donde predique la palabra. No descansaré hasta ver a toda la gente comprendiendo lo que realmente es vivir, atendiendo a una verdad única, la de nuestro interior, esa que nos dicta el camino, no las reglas de un imperio fantasma, valorado en una moneda de intercambio. Es usted un cobarde, a esas víctimas le da amor creyendo convencer al desvalido. ¿Por qué no regala el oro de sus capillas y deja el dinero de sus diezmos a la lucha contra el hambre?, ¿por qué no construyen miles de casas en terrenos devaluados y constituye cuidades autónomas de creyentes con un pan?, ¡viven del idiota!, me dan asco, ¡eso es!, camine, silencie sus bestias, allí dentro rugen, son parte de su genoma, ¿bondad?, ¿esa es la bondad que regalan?, el altruismo es irreal, no sanan, simplemente conquistan. Son piratas intocables, mafiosos de túnica, violadores de niños, son imperfectos, sádicos… son lacra… ¡O que me parte un rayo desde el cielo que gobierna el hijo de puta ese y me parta en dos!
-¿¡Joan!?, ¡cállate un poco!, déjalo en paz, ese hombre no te ha hecho nada, es un pobre diablo que mendiga en las calles, no entiendo porqué le sigues la corriente a cualquiera, te dejo dos minutos suelto y haces este escándalo, mira la gente, nos mira el pueblo entero.
-¡Me es exactamente, igual!, es un cínico, así como lo ven todos parece ser amor puro, pero no, que miren, ¿te avergüenzas?, ellos no tienen idea de lo que significa morir respirando, día a día, solo las veo despertar, desayunar y morir a las horas, sueño todos las malditas noches con ellas, en la siesta… lo veo a él… el diablo vestido de Padre.
-Estás equivocado Joan, no puedes ver, ¿es que no lo entiendes?, hay que ir pisando firme, la recuperación es muy larga, ese hombre no es quién crees ver en tu fantasía. Ven aquí, no tiembles… por Dios Joan… ven.
-¡No nombres a ese hijo de puta!
-Calla, ¿quieres?, calla un poco y sube al coche, sino me ayudas tú, no lo hará nadie, ¿está claro?, ¿¡está claro!?
-Sí, si, no grites.
-Es que no hay manera de quitarte las ideas.
-No están, y yo…
-¿Tu qué, Joan?
-Las extraño, están frente a mi pero no puedo tocarlas, es desesperante, Kim.
-Lo sé, lo sé, ¡ya está!, espera que cargo las compras, pero tienes prohibido gritar, estoy contigo, no me voy a ningún lado, ¿sí?
-Veo un humano diferente, Kim, reconozco que existe la posibilidad de potenciar el cerebro, lo estoy viendo perfectamente Kim, ¿me oyes, me oyes?
-¡Sigo aquí, he dicho que no grites, Joan!
-Lo siento, es que las vendas… quiero mis ojos.
-Ese hombre me ha dicho que mis vendajes no me permiten ver la realidad, quiero verla, estoy harto de ser un ciego asistido.
-No es el momento Joan, recién despiertas.
-¿Por qué tu voz es tan madura, Kim?
-Ha pasado mucho tiempo, aquí estoy, ven, mi niño, eres tan… el tiempo Joan, ha sido el tiempo, lo que todos padecemos… no suspires, descansa, yo estoy contigo, y olvida ya a la iglesia, ella sola muere lentamente y no tendrá otra vida prometida.
-Ellas tampoco, Kim… ellas tampoco.























Índice






Tras la máscara de la realidad
Jack
Las caras
La manzana podrida
Las dos puertas falsas
La mano de Sanders
La mirada
Las tres vidas de Frédéric
La fábrica de lunas de colores
Seis números
Broadway y la 42
La intervención
La jungla de Calais
Arjé
La muerte de Paul
El instante de la memoria
Ajuste de letras
La suma de dos partes
Los seis grados de Julián
El motivo
La clemencia de Bryson
El color del fin
Los cien nombres del dictador
Minuto cero
El beso
Nixon y la cámara ingrávida
La noche después del hundimiento
La energía del sol negro
Placer mayestático
El archipiélago interior humano
3 Kilómetros
Libertades
Mensaje desalentador
La copla real de Meg
El silencio de Joan
Todos los derechos reservados, diciembre de 2009.